sábado, 30 de octubre de 2021

Villamartín en el libro Población General de España

 Una colaboración de José Luis Sánchez Mesa para este blog

La página que voy a transcribir trata sobre Villamartín (Cádiz), publicada el año 1645 en un libro titulado, (atención que el título tiene 43 palabras):

POBLACIÓN

GENERAL

DE ESPAÑA.

SUS TROFEOS, BLASONES,

Y CONQUISTAS HEROYCAS.

DESCRIPCIONES AGRADABLES,

GRANDEZAS NOTABLES,

EXCELENCIAS GLORIOSAS,

Y SUCESSOS MEMORABLES.

CON MUCHAS, Y CURIOSAS NOTICIAS, FLORES COGIDAS

en el estimable jardín de la preciosa antigüedad.

REALES GENEALOGÍAS, Y CATÁLOGOS DE DIGNIDADES

Eclesiásticas, y Seglares

POR

RODRIGO MÉNDEZ SYLVA, HISTORIADOR DESTOS REYNOS,

vezino de la coronada villa de Madrid.

QUE SACA A LUZ DEBAXO DE LA PROTECCIÓN DE

Manuel Cortizos de Villafante, Cavallero de la Orden de Calatrava, &c.

CON PRIVILEGIO, EN MADRID POR DIEGO DÍAZ DE LA CARRERA. Año M DC XLV

A costa de Pedro Coello, mercader de libros.

Nota 1. La portada de la obra reproducida forma parte de la colección de la Biblioteca del Banco de España, que permite la utilización total o parcial de esta copia para fines sin ánimo de lucro siempre y cuando se cite la fuente.

 VILLAMARTIN.

CAPÍTVLO LXV

 

«DISTANTE a Utrera siete leguas está Villa Martin puesta en lugar alto, casi cercada del Río Guadalete, con otro que de las tierras de Zahara baxa, proveyéndola de pesca, y fertilizando sus vegas, para producir mucho pan, vino, azeyte, frutas y hortalizas.[1] Habitada de 700 vezinos, una Parroquia, donde ay un Beneficio que renta tres mil ducados. Estando en este sitio un antiguo castillo, (permaneciente, dicho Matrera, sirviéndola de guarda, cuyo Alcaide es un Veintiquatro de Sevilla) que dava señas de población Romana, o Goda, sin otra morada. El Cabildo de Sevilla, en cuya jurisdición cae, movido de los amplíssimos campos, dilatados pastos, para criar ganados, de que oy abunda copiosamente en todo género, la mandó fundar desde sus cimientos, años 1480. Reynando D. Fernando V. y D. Isabel, que possee el dicho Cabildo».

Autor Rodrigo Caro Antigüedades de Sevilla, fol. 132.

Nota 2: El autor del libro Rodrigo Méndez Sylva, como historiador que era, cita al final de cada ciudad o villa de las que escribe en él la bibliografía que ha utilizado para documentarse sobre lo que tiene que escribir, lo que hoy en día se llaman «las fuentes«. En el caso de nuestro pueblo, Villamartín, las noticias que da son muy escuetas y utiliza solamente una obra “Antigüedades y principado de la ilustrísima ciudad de Sevilla y Chorographía de su convento iuridíco o antigua chancillería”, cuyo autor es Rodrigo Caro. Mejor fuente no habría podido encontrar.

Vamos a dar un repasito a la biografía de este insigne hombre que conocía muy bien todo el arzobispado de Sevilla, porque trabajó muchos años como visitador apostólico de la archidiócesis sevillana. El visitador apostólico era un inspector que acudía periódicamente a cada uno de los pueblos de la diócesis, vigilando la conducta personal, sacerdotal y económica de los párrocos y levantando expedientes e informes de todo ello para que el arzobispo tuviera conocimiento de todo lo bueno y malo que pasaba en sus parroquias. Como además de visitador era historiador, aprovechaba su estancia en cada pueblo para hacer una relación de la historia y de los restos arqueológicos, numismáticos, etc. de cada uno de ellos.

Rodrigo Caro nació en Utrera en 1573 y fue poeta, historiador, abogado y sacerdote. Estudió cánones en las Universidades de Osuna y Sevilla. Muerto su padre lo recogió un tío suyo que vivía en Sevilla.

Fue abogado eclesiástico entre 1596 y 1620, y no le faltó trabajo, pues atendió en ese periodo siete pleitos al año.

Mantuvo a su madre y a ocho hermanos.

Fue ordenado sacerdote y recibió un beneficio eclesiástico en la parroquia de Santa María de Utrera. Más tarde fue nombrado abogado del concejo municipal de Utrera y en 1619 empezó a trabajar como censor de libros. Fue visitador apostólico de la archidiócesis y en 1627 se trasladó a Sevilla, donde trabajó también como juez de testamentos.

Otras comisiones del arzobispado le acarrearon diversas amarguras y un destierro a Portugal.

En 1645 renunció a su capellanía por no poderla atender, debido a una enfermedad de estómago que se le fue agravando, muriendo dos años después a los 73 años de edad.

Fue, sobre todo, arqueólogo, anticuario e historiador; tenía una gran biblioteca de clásicos y hasta un pequeño museo y escribió tanto en latín como en castellano.[2]

(Retrato de Rodrigo Caro en la obra Libro de Verdaderos Retratos de Ilustres y Memorables Varones de Francisco Pacheco.)

 

© del texto, José Luis Sánchez Mesa, salvo entrecomillados.

© de las imágenes, lo señalado en los pies de fotos y otras referencias.

© de la publicación: José Luis Sánchez Mesa y «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».



[1] Ese «otro» río, sin duda, es el Sarracín.

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Rodrigo_Caro

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