►Resumen extraído del libro Hijos
ilustres y personas relevantes en la historia de la muy noble y muy leal villa
de Villamartín, de Antonio Mesa Jarén (1).
Sierva de Dios sor Carmen Moreno Benítez, religiosa salesiana, mártir
por amar a los demás más que a uno mismo. Mujer sencilla y humilde de virtudes
heroicas, santa, nacida en el seno de una familia de Villamartín. Una mujer que
sintió la llamada de Dios a consagrase por entero a la educación y cuidado de
los más pobres y desamparados de la sociedad. Una mujer, finalmente, que por
encima de aquellos odios y crueles venganzas que se desataban por doquier en
los días próximos a la guerra civil española, demostró en grado heroico la
caridad inmensa que encerraba su corazón.
Carmen nació en Villamartín el día 24 de agosto de 1885 y fue
bautizada el 4 de septiembre con el nombre de María del Carmen Dolores Fabiana
Bartolomé de la Santísima Trinidad, hija de José Moreno (farmacéutico del
pueblo) y Fabiana Benítez (de ascendencia nobiliaria, pero economía mediana).
Su padre falleció cuando ella tenía siete años, circunstancia que obligó a su
madre marchar a Utrera, donde vivían los abuelos maternos.
A los ocho años hace la primera comunión, y a los pocos días ingresó
en el internado que las salesianas tenían en Sevilla. Un día que su madre la
visitaba, Carmen le manifestó su deseo de ser religiosa salesiana. Fabiana –su
madre- creyendo que todo era consecuencia de vivir rodeada de monjas, la sacó
del internado y la llevó a Villamartín.
(El escritor arcense Antonio
Murciano González, añade que en el regreso a Villamartín también influyó una
enfermedad de Carmen, aconsejándole los médicos el aire puro de la Sierra y de
ahí que decidan regresar con los abuelos paternos.)
Cumplidos los veinte años ingresa en la comunidad salesiana el 31 de
diciembre de 1905, después de haber consultado sobre su vocación con Antonio
Ruiz Cabal, obispo de Lystra, que por entonces vivía jubilado en Sevilla.
Terminado el noviciado estudia Magisterio en la Escuela Normal de
Sevilla, obteniendo el título de maestra en junio de 1912, pasando a ejercer su
profesión en el Colegio de las Salesianas de Sevilla y Valverde del Camino
(Huelva), donde se granjeó el cariño de sus alumnas.
El 20 de agosto de 1914 hace sus votos perpetuos. Su madre se siente
ahora orgullosa no solo de su hija Carmen sino también se Paz, la otra hija
(son seis hermanos, cuatro varones y las dos hembras), que también había
abrazado la vida religiosa.
(Según A. Murciano, en 1917
pasan las dos hermanas un mes en su pueblo de Villamartín, donde se habían
trasladado para arreglar asuntos familiares).
En 1921 la destinan a Jerez de la Frontera para que se haga cargo,
como consejera, del colegio de María Auxiliadora en la calle Pedro Alonso. En
septiembre de 1925 es nombrada directora del colegio de Valverde del Camino.
Fue entonces cuando se manifestaron con toda evidencia sus virtudes y sus
dotes. Su celo, caridad y piedad impregnaron de tal forma a cuantas religiosas
y alumnas frecuentaron aquella casa-colegio, que aún perdura su memoria en la
mente de muchas personas de ese pueblo.
Tras pasar por Écija y nuevamente por Sevilla, su capacidad, su celo y
sus inmensos valores obligan a sus superioras a confiarle nada más y nada menos
que la vicaría de la Casa Inspectorial de Sarriá en Barcelona, tomado posesión
en los primeros meses de 1936, momentos extremadamente graves y difíciles en
Cataluña. Sor Carmen ejerce con máxima prudencia y maestría y la actividad en
el colegio de Santa Dorotea de Sarriá.
Llega el lamentable 18 de julio de 1936 en el que se subleva en Ejército
de África, estalla la Guerra Civil y ante la extrema gravedad de la situación,
el 19 de julio la comunidad de religiosas recibe la orden de deponer el hábito
y salir precipitadamente a la búsqueda de asilo entre las personas conocidas y
posteriormente hacia Italia. Sor Carmen, asumiendo su responsabilidad de
vicaría se quedó en el colegio, junto con otra compañera (sor Amparo), al
cuidado de una hermana enferma. Finalmente, días después, logran trasladarse a la
finca de un alemán protestante, donde son visitadas por el anciano jesuita fray
Bartolomé Arbona.
Ya en septiembre de 1936 una patrulla de milicianos de la FAI, en una
primera visita, descubre el lugar de refugio de las monjas, aunque les dijeron
que ocultaran su condición de religiosas y se hicieran pasar por sirvientas de
los señores alemanes. Pocos días después reciben una segunda visita, son
detenidas y conducidas ante un comité revolucionario de la FAI que las interroga,
admitiendo ser hijas salesianas de San Juan Bosco. La hermana enferma es
canjeada por una cantidad de dinero que aporta sus familias de Barcelona y sor
Carmen Moreno y sor Ampararo Carbonell sentenciadas a muerte y fusiladas el 6
de septiembre en el paredón del hipódromo de Barcelona. Sus cadáveres
ingresaron en el hospital Clínico. La ficha-registro de sor Carmen dice:
«4876. Una mujer. Procede del
hipódromo. Talla alta; gruesa, de unos 55 años [realmente tenía 51], vestida de
negro. Ropas marcadas: S(or) Moreno C(armen). Presenta herida por arma de fuego
con orificio de entrada por la región temporal izquierda y salida por la
temporal derecha. Diagnóstico: hemorragia cerebral traumática».
Así terminó su vida sor Carmen, víctima de la caridad para sus hermanas,
practicada en momentos de heroica abnegación y duro sacrificio. Es la historia
de una hija de Villamartín, donde esperamos poder contemplarla, un día no
lejano en los altares de su parroquia.
En su proceso de beatificación y canonización se incluyó en la causa
de la Inspectoría Tarraconense, cuyo proceso ordinario se inició en diciembre
de 1953 y se clausuró en octubre de 1955. En 1964 Pablo VI paraliza todas las
causas de los mártires de la persecución religiosa en España. En 1985, bajo el
papado de Juan Pablo II, se unifican varias causas hasta concluir los procesos
de beatificación. Sor Carmen Moreno y Sor Amparo Carbonell fueron proclamadas
beatas el 11 de marzo de 2001. Nuestra diócesis celebra el 6 de septiembre la festividad de la beata de Villamartín, sor Carmen Moreno Benítez.⬛
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►(1). Antonio Mesa Jarén nacido en Villamartín en 1931. Circunstancias familiares lo obligaron a trasladarse a Montellano a la edad de doce años y desde entonces solo ha regresado esporádicamente. En 1944 ingresó en el Seminario Metropolitano de Sevilla, se ordenó sacerdote en 1956 y ha ejercido el ministerio sacerdotal en Osuna, Montellano, como cura propio de Trebujena y en Olivares hasta su jubilación en 2013, pero nunca rompió la ligazón con Villamartín.
A. Mesa Jarén. Hijos ilustres y
personas relevantes en la historia de la muy noble y muy leal villa de
Villamartín. 1999.
A. Murciano González. Líderes
andaluces del siglo XX. Tomo II, serie Cádiz. 2006
M. Fe Núñez. Carmen Moreno
Benítez. Un camino hacia la plenitud. 2001.
A. Murciano González. Sor Carmen
Moreno Benítez. Religiosa salesiana de Villamartín. Libro de Feria de
Villamartín. 2007.
Una vida totalmente entregada a Dios. Muy muy hermosa y heroica.
ResponderEliminarMe interesa conocer su biografía completa. Gracias!
ResponderEliminarDéjeme en el "Formulario de contacto" (Columna de la derecha) de este blog su correo electrónico y le mandaré más información. Saludos. Pedro Sánchez.
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