Por Manuel Vidal
Jiménez
Luis y Andrés Mozo Carrancio |
Aurelio Mozo González |
Hijos de Aurelio
Mozo González y de Martiniana Carrancio Cortés, nacieron en Villarramiel
(Palencia) en 1905 y 1907 respectivamente, trasladándose después a Cádiz donde
su padre ejerció como maestro durante años. En la Facultad de Medicina de
aquella ciudad estudiaron la carrera con brillantes calificaciones. Alcanzada
la Licenciatura, Luis fue contratado como médico de la marina mercante por la
Compañía Trasatlántica, cargo que ocupó hasta finales de mayo de 1931 fecha en
la que fue nombrado médico titular de Espera (Cádiz).
Un año después,
terminada la carrera con Premio Extraordinario en la Licenciatura, Andrés
acudió al concurso convocado por el Ayuntamiento de Villamartín en mayo de 1933
para proveer en propiedad una plaza de médico titular, aportando méritos por
valor de 34,5 puntos, a pesar de lo cual, injustamente le fue negada la plaza
al concedérsela al concursante inmediato que contaba con 8,5 puntos menos.
Mientras se resolvía la reclamación, Andrés abrió consulta privada en la villa.
El 9-2-1934 el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión falló a su favor,
nombrándole médico titular del 2.º distrito, plaza que en noviembre permutó con
su hermano Luis que pasó a ocuparla mientras Andrés pedía la excedencia.
Luis y María Teresa en Espera |
A partir de
entonces, ambos hermanos ejercieron su profesión en Villamartín a lo largo de
35 años, en los que tuvieron lugar cambios profundos en la medicina propiciados
por el nacimiento de las sulfamidas, los antibióticos, los seguros sociales, la
Obra Sindical 18 de julio y el Seguro de Enfermedad, una época plagada de
avances científicos que iba a crear nuevas exigencias al médico sobre todo al
que ejercía en el medio rural.
En la
casa-palacio de los Topete, propiedad de Carmen Peñalver, instalaron su
consulta que pasaban a diario incluido domingos y festivos; se rodearon de
enfermeras tituladas e hicieron del Hospital de Santa Isabel, creado con el
legado de Isabel Mateos Guerrero y del que Luis fue Director desde agosto de
1948, un centro donde empezó a practicarse una medicina más solidaria,
tratándose por igual a enfermos de todas las clases sociales. Carecían de horas
de descanso, de comidas y de diversiones. Día y noche atendían a sus enfermos
sin distinción de clase, truncando en infinidad de ocasiones su vida familiar,
ganándose con ello el afecto y el cariño del vecindario.
Luis conduce su coche. 1933 |
Andrés, casó con
Concepción Gutiérrez Peñalver, de cuyo matrimonio nacieron seis hijos, Jesús,
José Luis, Fernando (médico), Ramón, Conchi y Lourdes. Luis lo hizo con la
gaditana María Teresa Durán Romo, de cuyo matrimonio nacieron once hijos,
Aurelio (médico que ejercería en Villamartín durante toda su vida profesional),
María Luisa, María Teresa, Francisco,
Valentín, María Carmen, María Rosa, Luis, María Petra,
María Pilar, y María del Rosario.
Su fama se extendió a las poblaciones limítrofes, de donde acudían a diario a
su consulta numerosos enfermos. En la epidemia que asoló a la villa entre
1948-49 por contaminación del agua de la que se abastecía la población, ambos
hermanos se entregaron totalmente en la atención a los enfermos por lo que, a
petición del vecindario, el Ministerio de la Gobernación les concedió la
Encomienda de la Orden Civil de Sanidad, que le fue impuesta en la Plaza con
ocasión de la inauguración de la red de abastecimiento de agua el 26 de julio
de 1950.
Andrés con su sobrino Aurelio Mozo |
Fueron pilares
para la apertura del Hospital de Santa Isabel a través del cual ejercieron una
acción encomiable, concertando sus servicios con el Seguro de Enfermedad,
abriendo en él una maternidad para asistencia de distocias sociales de la
Sierra de Cádiz y un consultorio infantil que daría paso a un Centro de Alimentación
Infantil, y fueron muchos los enfermos de todas las clases sociales operados en
él por cirujanos eminentes sin desplazarse fuera de su población, cubriendo con
ello una etapa en la que el ejercicio profesional pasó de una medicina
domiciliaria y liberal con los clásicos hospitales de Caridad, a una medicina
pública y hospitalaria más solidaria, financiada por empresarios y
trabajadores.
El 14 de enero
de 1961 el alcalde de Villamartín Adolfo Blanco dijo de ellos «...el
comportamiento ejemplar, el abnegado sacrificio, su desinteresado proceder y
cuantas virtudes encarnan las personas de ambos hermanos, me permito opinar
señores, que la rotulación de una calle repararía testimoniando la expresión de
sincero agradecimiento del pueblo a que se han hecho acreedores».
Fot.: Manuel Vidal Jiménez |
No se
consiguió entonces, pero en septiembre de 1971 el Ayuntamiento acordó colocar
una placa en la fachada de la casa donde ejercieron su profesión con la
inscripción «Como testimonio de gratitud a los ilustres médicos, hermanos D.
Luis y D. Andrés Mozo Carrancio, el Ayuntamiento de esta villa acordó colocar
este mármol, que perpetua su memoria. Villamartín, septiembre de 1971», y
rotular dicha calle con el nombre de Luis y Andrés Mozo, que se perdió en 1989
con la rotulación de las calles con sus antiguos nombres, si bien el
Ayuntamiento prometió dedicarle una calle-plaza de nueva creación, lo que llevó
a cabo el 19 de abril del año 2002 en la barriada de La Loma con la denominada
de plaza de Luis y Andrés Mozo. Por su parte, el Casino Cultural el 3 de marzo
de 1971 los nombró Socios de Honor.
Luis fue además
alcalde de Villamartín desde el 19-9-1944 al 5-12-1947, y durante su mandato se
pavimentaron numerosas calles y se avanzó en las gestiones para la traída de
agua para abastecer a la población. Fue también presidente perpetuo de la
Adoración Nocturna, de las Conferencias de San Vicente de Paúl y de la
Hermandad Sacramental, mayordomo perpetuo de la Hermandad del Nazareno, médico
de los deportistas, etc.
Andrés se
reincorporó en 1965 a APD, fecha a partir de la cual los dos hermanos fueron
los médicos titulares de la villa, distinguiéndose, al margen de su actuación
profesional, por su generosidad y desprendimiento con sus enfermos a muchos de
los cuales no sólo atendían gratuitamente sino que también lo hacían cubriendo
sus necesidades más perentorias.
Luis falleció el
24-3-1969. Andrés, a partir de aquella fecha, agotado físicamente, dejó de
ejercer su profesión, falleciendo el 18-1-1974; su entrega y sacrificio, tantas
noches sin apenas dormir, estudiando o atendiendo a enfermos, a veces fuera de
la población, aquel desorden en las comidas por atender a sus enfermos, etc.,
le pasaron factura. Y es que para los hermanos Mozo, la medicina fue más que
una profesión una entrega continua, una lucha constante contra las miserias
humanas, en la que, como le oí decir una vez a Andrés, los pobres, a los que
curaban sin cobrarle un duro y en muchas ocasiones incluso le costeaban las
medicinas, también tenían derecho a la vida.
El pueblo de
Villamartín lloró su pérdida. La manifestación multitudinaria que les acompañó
en sus entierros constituyó una demostración del afecto hacia aquellos hombres
prestigiosos que les profesó el vecindario que aún hoy los recuerda y agradeció
al Ayuntamiento que el 15 de marzo del 2001 les concediera in memoriam, el Premio Fundación V Centenario Juan González Calvo,
establecido para acciones en pro de la salud.
Bibliografía:
Manuel Vidal
Jiménez. Perfil biográfico de los hermanos Luis y Andrés Mozo. Libro de Feria:
2014:119-125.
Manuel Vidal
Jiménez. Avenidas, calles, plazas e instituciones rotuladas con nombres de
médicos en Cádiz y su provincia: 2004:204-208.
Placa situada en la calle San Francisco, que en una época llevó sus nombres, y junto a la casa-palacio de los Topete donde pasaban a diario consulta.
Fachada actual (2018) del antiguo hospital de Santa Isabel, creado con el legado de Isabel Mateos Guerrero y del que Luis fue director. Fot.: Pedro Sánchez.
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© del texto,
Manuel Vidal Jiménez.
© de las
fotografías, familia Mozo y lo señalado en los pies de foto.
© de la presente
publicación, «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez»
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