domingo, 18 de abril de 2021

Biografía del reverendo don Antonio Mesa Jarén


· Nacimiento: Villamartín (Cádiz), 17 de diciembre de 1931.

· Fallecimiento: Olivares (Sevilla), 12 de septiembre de 2020.

· Padres: Juan Miguel Mesa Romero y Amalia Jarén Pavón.

· Abuelos paternos: Antonio Mesa Barrera y Salud Romero Vega.

· Abuelos maternos: Juan Bautista Jarén Astudillo y Consuelo Pavón Pacheco

· Hermana: Consuelo Mesa Jarén.

· Sus antepasados proceden de Villamartín y Montellano.

Aparte de su formación religiosa, destacar la musical: «Titulado en piano-armonio, especialización en solfeo superior y pedagogía musical, armonía y contrapunto, música de cámara y acompañamiento, historia de la música y formas musicales y, finalmente, dirección de orquesta y coros».

 

Finalizaba 1931 y se acercaba la Navidad cuando nace el pequeño Antonio en la casa 16 de la calle San Francisco, que por entonces lucía el nombre del que sería uno de los personajes favoritos de don Antonio, Pedro Garrido; fue bautizado en la Parroquia Ntra. Sra. de las Virtudes. El año había sido complejo, políticamente hablando, con la llegada de la Segunda República, varias elecciones e incluso varios alcaldes, sin olvidar la calamitosa situación de los jornaleros villamartinenses. Prácticamente, coincidiendo con su nacimiento (junto a otros 312 niños) se instala el teléfono en Villamartín. En la imagen, pequeño bloque de tres plantas que se levanta hoy en el número 16 de la calle San Francisco.

 

Nos cuenta Manuel Vidal Jiménez, biógrafo de nuestro personaje, «que su infancia transcurrió como la de cualquier otro niño, dentro de la sociedad acomodada de Villamartín. Sus padres le enseñaron las primeras letras y su abuela Salud las cuatro reglas. Mientras su madre insistía en los dictados diarios, su padre iba más por el tema de la lectura, afición que logró inculcar en él. Pasó por las escuelas de doña Isabel Vega y de don Fernando Romero de los Viejos; incluso llegó a incorporarse a la Academia de las Montañas, donde recibió sabias enseñanzas de don Manuel Gestoso Paz que lo preparó para el examen de ingreso en el Bachillerato que aprobó, cuando tenía once años, en el Instituto de San Isidoro de Sevilla». Otros de sus grandes amigos, Aurelio Mozo Durán, refiere que Antoñito, desde muy pequeño, tuvo claro que quería ser sacerdote; no tenía ni diez años cuando ya le llevaban muñecos para que los «bautizara» y les asignara nombre; disponía en un rincón de su casa de un pequeño altar-oratorio, con sus elementos litúrgicos caseros, ante el cual daba sus «misillas» a los colegas de su edad, a los que incluso confesaba previamente, imponiéndoles penitencias de algún rezo y la obligación de ingerir algún alimento que se les resistía. «Misas de casullas hechas de papel rizado o retales de una capa, copas por copones y cabos de vela por solemnes cirios», nos quedó escrito Ángel Mozo Polo en un Libro de Feria.

 

Plaza de Villamartín, altar mayor de la iglesia de San Francisco y ermita de las Montañas. Col. Jesús Mozo / Pedro Sánchez / Marianni.

Varias cosas más marcaron profundamente su personalidad y sus grandes aficiones. Ya he comentado dos: la lectura y la escritura; en esta última quedó, sin duda, demostrada su valía en la amplia bibliografía que iremos enumerando. Pero también la música, oyendo de su propia madre las primeras melodías y también de los hermanos Fuentes Víbora. Las amistades de esos años de niñez (Manuel y Paco Vidal, Aurelio Mozo Durán; Aurelio Mozo Gil; Nicolás Sánchez; Enrique, Carlos y Fernando Troya; Pepe y Antonio Pino, Manolo Pangusión, Manolo Méndez, Juan Luis Pavón…) quedaron grabadas a fuego en su corazón, sufriendo, tiempo después, cada uno de los fallecimientos de algunos de sus compañeros de juegos y correrías por el pueblo. Paseos que solían acabar en la bulliciosa Plaza; en la Alameda, «lugar tranquilo para tomar el sol en invierno y el fresco en verano»; San Francisco, donde oía la misa; la parroquia, atraído por su órgano, y la ermita que conoció con tres años. En alguna ocasión me comentó que, pese a su corta edad, quedaron alojados en su mente algunos de los tiroteos del inicio de la Guerra Civil y sobre todo la hambruna y los racionamientos de la posguerra.

 

Vayamos ahora cronológicamente haciendo un recorrido por su vida, llena de entrega a los más necesitados allí por donde pasó; de persona culta, investigadora de su pueblo de nacimiento y de aquellos otros a los que adoptó y le adoptaron, de sus muchos retos de persona emprendedora para dotar a su feligresía más humilde de lo imprescindible; de su inquebrantable sentido de la justicia y, por supuesto, de su fervor hacia la Virgen de las Montañas.

 

Seminarista y sacerdote

 

Con los compañeros seminaristas de promoción (fila inferior, segundo por la izquierda). Sus grandes «maestros», don Manuel Gestoso Paz y don Manuel Jiménez Sutil. Colección familiar / Carmen Gestoso / Imágenes de un Siglo.

1944. En septiembre de ese año, tras la muerte de su padre, recibe instrucción por parte de don Manuel Jiménez y don Manuel Gestoso y magníficamente preparado ingresa en el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda, para continuar después en el Metropolitano de Sevilla. Fueron años duros que estuvieron a punto de dar al traste con su vocación, alguna enfermedad y su extrema delgadez le llevan a casa, pero logró recuperarse y volver a su vocación.

 

1956. Es ordenado de presbítero en el transcoro de la catedral de Sevilla el 17 de junio. Días después, el 22, cantó su primera misa en el altar mayor de la Parroquia de Santa María de las Virtudes de Villamartín, siendo apadrinado por el Ayuntamiento de su pueblo natal, personificado en su alcalde don Adolfo Blanco. Una jornada memorable que nos describe Manuel Vidal: «La tarde anterior hizo su entrada en Villamartín de forma espectacular. En el cruce de Puerto Serrano, lo esperaban una veintena de motocicletas que lo escoltaron hasta la Plaza donde aguardaba el Ayuntamiento en Pleno, junto a innumerables amigos, mientras la banda de música interpretaba marchas. Después, la comitiva se dirigió a la parroquia para cantar una salve ante el estandarte de la Virgen de las Montañas. A la mañana siguiente el pertiguero Manolito Soria y un seminarista, compañero del misacantano, recibieron a las autoridades y familiares. A las 10:30 horas comenzó la misa que se celebró con toda solemnidad: diacono, subdiácono, dos presbíteros asistentes —don Manuel y el párroco de Montellano—, y dos caperos. El coro fue dirigido por doña Belén Bohórquez. El alcalde don Adolfo, como padrino en representación del Ayuntamiento de Villamartín, subió al altar para cumplir con el ceremonial exclusivo de estas ocasiones: lavar y secar las manos del misacantano. En el momento de la consagración, usó un cáliz que le regaló Jaime Lannes y en ese momento crucial, todas las asociaciones de la Parroquia situaron sus estandartes en la escalinata del altar mayor. Actuó como orador sagrado don Diego Guzmán y a continuación don Manuel le recordó los momentos de su infancia en que figuraba entre los aspirantes de Acción Católica. Recibió numerosos obsequios de las hermandades, amigos, familiares y autoridades; aquella misma tarde visitó a la Virgen en su ermita. Los actos fueron organizados a la perfección por su pariente y amigo Pepe Garrido».

 

Primeros destinos

 

1956-1962. Sus primeros destinos fueron las capellanías de las Religiosas Dominicas y del Colegio de Segunda Enseñanza de Santa Ángela de Osuna, así como la vicaría de la Parroquia de la Consolación de esa localidad. Posteriormente ejerció de coadjutor en la parroquia del Señor San José de Montellano.

 

Trebujena

 

Parroquia de la Purísima Concepción de Trebujena. Don Antonio durante su visita a los trabajadores trebujeneros en Alemania. TuDestino / Col. Familia Mesa.

1962-1970. Párroco de Trebujena. Llega como cura encargado de la Parroquia de la Purísima Concepción de dicha localidad en agosto de 1962, con la fuerza que le dan sus 30 años, le acompaña su madre y su hermana. «Desde los primeros días pude comprobar que no era Trebujena un pueblo común, uno de tantos», quedó don Antonio por escrito. Con la energía que le da su fuerte carácter se enfrenta a los poderes fácticos y ciertas costumbres que no comparte, siempre posicionándose al lado de quien más lo necesitaba y rompiendo tradiciones como cambiar el recorrido del Corpus, compartiendo las «calles ilustres» con las zonas humildes. Podemos asegurar que don Antonio quedó seducido por un pueblo de solida tradición sindical, que él definió «con una conciencia muy desarrollada en lo social y extremadamente progresista en lo político». Algunos hitos:

Hacia 1966. Marcha a Alemania para convivir una temporada en la misma fábrica con emigrantes trebujeneros que le mandan «un giro» para el viaje. Volvió encantado de la convivencia, de la visita y de la amistad que trabó para siempre con los trabajadores.

 

Imágenes de los inicios de la Banda de Música Ntra. Sra. de Palomares de Trebujena obtenidas de su página oficial. En ambas distinguimos a son Antonio al frente de los músicos.

Década de 1960. Pone en funcionamiento la Banda de Música Ntra. Sra. de Palomares. Así lo cuentan en su página oficial: «En esos años la situación de nuestra institución era precaria, entre otras cosas, por la falta de una persona que sirviese de líder y guía. Ante esto, don Antonio no duda en coger la batuta y dar continuidad a un proyecto que se hacía insostenible. A pesar de los instrumentos que eran de antes de la guerra, a pesar del escaso número de músicos, de la falta de un local de ensayo estable y tantas y tantas carencias, consiguió mantener viva la llama de la música en nuestra banda».

 

1970. Abandona Trebujena con destino a Olivares. Es despedido con gran emoción en la Plaza del Ayuntamiento. Parece ser que al pueblo lo cogió por sorpresa este traslado; el trabajo y los méritos los hizo durante esos ocho años, aunque los grandes reconocimientos llegaron después.

 

Calle Padre Mesa de Trebujena. Portada del libro que escribió sobre la aproximación a la historia de Trebujena. Pergamino por la concesión de la Lira de Oro.

1981.  El Ayuntamiento de Trebujena le concedió el Racimo de Oro y rotuló una calle de la localidad con el nombre de «Padre Mesa Jarén».

1991. Publica el libro Trebujena. Aproximación a su historia, gran compendio de historia local, personajes, conceptos culturales y festivos. En la presentación del mismo quedó escrito: «Desde hace 15 años abrigo la esperanza de ofrecer al pueblo de Trebujena una aproximación a su historia. Una historia apasionante, viva y rica que yo vislumbre la misma tarde de mi llegada. […] Es un pueblo de embrujo, con la gran virtud de hacer feliz a todo aquel que se decida a formar parte de su comunidad.

2009. Como reconocimiento a su labor en la organización y fundación de la Banda de Música Ntra. Sra. de Palomares recibe de ésta la Lira de Oro.

 

Imágenes tomadas de varias páginas de Trebujena que recuerdan la asistencia de don Antonio a la localidad para recoger el título de Hijo Adoptivo.

2018. Don Antonio recibe una de las grandes alegrías de su vida, quizá la última. El Grupo de Gobierno Municipal estimó que «por su labor humanística, social y cultural; por considerarlo un fiel defensor del espíritu e idiosincrasia trebujenero; y por sentir nuestro pueblo como el suyo propio, consideramos que don Antonio Mesa Jarén es digno merecedor del título de Hijo Adoptivo de la Villa de Trebujena».

 

1970-2013. Párroco de Olivares

 

En febrero de 1970 fue destinado a la Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves. Desde su llegada a esta localidad ejerció una gran labor en esa población, inicialmente con gran dificultad, trabajando y sufriendo para que le comprendieran, asimilaran su estilo pastoral y el nuevo mensaje de la Iglesia. Fiel al Evangelio y a su propia convicción, puso su sacerdocio al servicio de los más débiles y necesitados.

 

Dirigiendo la banda de las Nieves. En el centro de la fila inferior con sus músicos. Con un grupo de jóvenes músicos, todos alumnos suyos en 1993. (Crónicas de un Siglo / Crónicas de un Siglo / Isidoro J. Bulnes).

1987-2000. Siempre, en su quehacer y allá donde fue, estuvo presente la música. En Olivares fue director de la banda de Santa María de las Nieves (1987-2000, pasando desde este año a ser su director honorario), agrupación que llegó a sonar en las calles de Sevilla y en la Expo 92. Fundó diversos coros y compuso varias misas polifónicas para la Inmaculada y la Virgen de las Nieves.

 

1971-1981. Una de las actuaciones con las que siempre se mostró orgulloso, fue la creación de Cáritas Parroquial, cuya sede, que lleva su nombre desde 2010, se construyó entre 1971 y 1981, con el esfuerzo de gran parte del pueblo y la coordinación de don Antonio. Durante veinticuatro años impartió clases de religión en el IES Heliche de forma desinteresada; creó un club parroquial por el que pasaron centenares de jóvenes que participaban en diversas actividades como conferencias, películas en el cine-fórum, ayudaban y acompañaban a ancianos o simplemente comentaban el Evangelio.

 

1994. Acto con motivo del 50 aniversario de la reorganización de la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Olivares, en la que se homenajeó a dos ex hermanos mayores. De este encuentro y a propuesta de esta hermandad surgió la conveniencia de hacer un homenaje a don Antonio que desembocó en su nombramiento como Hijo Adoptivo de Olivares.

1995. Al cumplirse los veinticinco años de su llegada al municipio, el Ayuntamiento lo nombró Hijo Adoptivo del municipio aljarafeño. Años después, con motivo de su jubilación en 2013, el alcalde Isidoro Ramos, recordó ese hecho, señalando que sólo tenía palabras de agradecimiento y reconocimiento por su entrega a la Parroquia y a la comunidad durante los últimos cuarenta y tres años de servicio, calificándolo de «hombre culto y generoso, que debía servir de ejemplo a las generaciones venideras».

 

Crónicas sobre la Colegial de Olivares. En la imagen del centro don Antonio en la capilla de la Virgen de los Dolores, de la Hermandad de la Soledad. Cuadro sito en la casa-hermandad de la Vera-Cruz (Facediciones / Tomada de la página de esta hermandad / Gerardo Díaz Pérez).

2013. No hay que olvidar tampoco su labor de investigación. Su última obra, Crónicas de una Iglesia: La Capilla Mayor y la Insigne Colegial de Olivares, va ya por su segunda edición, en la que en 24 capítulos narra su historia. Tampoco que ejerció como director espiritual de las tres hermandades: Vera-Cruz, Soledad y Rocío.

 

2013-2020. Párroco emérito en Olivares

 

Obligado por la edad y el cansancio, sabiendo que ya no podía rendir ante sus feligreses con el mismo ímpetu anterior, dejó su cargo con más de ochenta años de edad. Como párroco emérito de Olivares, pasó sus últimos tiempos entre los rezos, la investigación, los largos paseos cuando el frío o el calor lo permitían, atendiendo las continuas visitas que recibía, la misa diaria en su misma casa y las largas conversaciones telefónicas con sus amigos, además de los cuidados (mutuos, por supuesto) hacia su querida hermana Consuelo. Tras el traslado a su última vivienda (2017) dispuso de conexión a internet que le permitió ampliar la investigación, compartir conocimientos y ser el mejor lector de todo lo que se publicaba relacionado con Villamartín, con Olivares y con Trebujena. Sin duda, este avance tecnológico, le ayudó a elaborar nuevos artículos para nuestro Libro de Feria y los villamartinenses pudimos deleitarnos con sus conocimientos y prosa muy bien construida.

 

Su relación con Villamartín

 

Don Antonio nunca olvidó a su Villamartín natal, incluso tras su jubilación pasó por su cabeza el regreso a su querido pueblo o a Montellano. Demos un repaso, más o menos cronológico, a su huella dejada aquí:

 

Libro de Feria de 1955 donde aparece su primer artículo / Portada del Hijos Ilustres / Portadilla del capítulo El Clero, del Imágenes de un Siglo II.

1955-2020. Poco después del inicio de la andadura del Libro de Feria fue llamado por su amigo José Bernal a convertirse en un colaborador habitual, invitación que aceptó a partir de 1955 con su primer artículo «Hijos Ilustres de Villamartín: Ruiz Cabal, Pedro Garrido y los Álvarez Troya», manteniendo su aportación desde entonces, centrada en temas sociales, históricos, costumbristas, religiosos…, de forma que, tras el fallecimiento de Pepe Bernal, don Antonio se convirtió en el articulista más antiguo. Los títulos de la década de los sesenta y setenta tratan, posiblemente influenciados por sus vivencias en Trebujena y su admiración por el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, intentan conjugar el conocimiento del pasado, la experiencia del presente, para «construir un mundo más justo y habitable para todos los hombres por igual». Los títulos son muy reveladores: «Tiempos de antaño y el avance de un pueblo» (1964), «Construyamos el futuro» (1968), «El progreso de Villamartín» (1973)… Tras esta primera etapa, don Antonio continúa con sus artículos anuales que se hacen más diversos en cuanto a temática: peregrinación a las Montañas, reparto del Campo de Matrera, el ferrocarril de la Sierra, sin olvidar su «hijos ilustres»: «Una estirpe imperecedera», «Una empresa ejemplar»… Siempre que pudo la palabra Villamartín formó parte del título: «Muy Noble y Muy Leal Villa de Villamartín (1958 y 2020)»; «Villamartín en tiempos de los señoríos» (1966); «Las vastas tierras que comprendieron el primitivo término de Villamartín (1974)», «Enfrentamiento entre el Marqués de los Álamos y eclesiásticos de Villamartín (2009)»…

1985. Compuso el himno oficial para el acto de la Coronación Canónica de la Virgen de las Montañas.

1994. Fue Premio Hermanos Íñigo por su obra Hijos Ilustres de Villamartín, en versión muy reducida limitada por las bases del concurso.

1999. Tras resultar ganador de la convocatoria anterior, don Antonio amplía durante años considerablemente ese trabajo y el Ayuntamiento de Villamartín se lo convierte en libro de gran éxito, actualmente agotado, con el título que aparece en la imagen. En la introducción podemos leer: «La finalidad, pues, de esta obra es, por una parte, hacer revivir las figuras de nuestros paisanos y conciudadanos que he estimado más relevantes, resarciendo así el agravio del injusto olvido y, por otra, que sus vidas sirvan de estímulo para que esta saga, que se inició el mismo día de la fundación del pueblo, no se pierda, sino que se eternice».

2002. Participó en la obra Villamartín. Imágenes de un Siglo II como autor del capítulo «El Clero», donde quedaron plasmadas las biografías de los sacerdotes nacidos en Villamartín por orden de antigüedad, así como los que rigieron la iglesia de nuestro pueblo durante el siglo XX.

 

2006. En julio de ese año, y como no podía ser de otra forma, don Antonio se desplazó a Villamartín con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, para celebrar una misa de acción de gracias en la ermita de las Montañas, acto en el que estuvo rodeado de un numeroso grupo de amigos.

 

Grupo de amigos. Abajo: Antonio Rodríguez, don Antonio, Aurelio Mozo y Nicolás Sánchez. Arriba: Pedro Sánchez, Fernando Romero, Pepe Pino, Ernesto Pangusión, Antonio Linares, Sebastián Pavón y Enrique Troya.

2006. Don Antonio recorrió en coche todos los rincones del pueblo, visitando lugares para él desconocidos: «Quedé sorprendido al visitar detenidamente y de cerca cuantiosas y preciosas barriadas, el magnífico hospital, el recinto ferial, polideportivos, colegios, plazoletas, avenidas…», escribió en el Libro de Feria de 2006.  Esa noche sus amigos le obsequiaron con una cena, al final de la cual le entregaron un precioso mosaico con la inscripción «A Antonio Mesa Jarén, en sus Bodas de Oro Sacerdotales. 1956-2006».

2016. Escribe un erudito prólogo al tercer volumen de esta serie de libros que conocemos popularmente como los Imágenes de un Siglo.

Varias fechas. En bastantes ocasiones trajo a decenas de olivareños para presumir de su pueblo, de la parroquia, de la calle del Santo…, acabando siempre en la ermita y disfrutando de un buen almuerzo.

 

Su fallecimiento

 

Varias enfermedades fueron minando su salud en los últimos años, aislándolo en su casa y saliendo poco. Desde ella llevó con estoicismo el sufrimiento que le inferían las dolencias. Permaneció fiel a sus feligreses más cercanos con la misa en casa hasta que fue posible, después solo le quedaron las reconfortantes visitas de sus amigos de Olivares y más escasas de Trebujena y Villamartín. Lo último que le unió a su pasado fue el teléfono: largas charlas con Pepe Pino, consultas con sus «médicos de cabecera», Aurelio Mozo y Manuel Vidal y otros amigos. Inestimable fue la ayuda recibida de su hermana-cuidadora Consuelo. Todo se precipitó, falleciendo en la madrugada del 12 de septiembre, festividad del Dulce Nombre de María. La pandemia que nos invade limitó muchísimo la presencia en el tanatorio de sus amigos. Destacar la visita de monseñor Amigo Vallejo que acudió a reconfortar a Consuelo; así como el funeral de la tarde que con brevedad me comentó José Luis González Perea, villamartinense y amigo común: «El acto ha sido muy emotivo, justo y sencillo como le gustaban las cosas a él. El auxiliar del arzobispo durante su homilía ha nombrado a Villamartín y la Virgen de las Montañas que tanto amor le profesaba. También ha recordado su paso por Trebujena y su gran trabajo en Olivares. El final ha sido grandioso, el pueblo presente en misa gritaba al salir del templo "Gracias don Antonio", culminando el acto en un aplauso unánime».

 

Extensas muestra de cariño y reconocimiento

 

En las primeras horas de esa mañana se conoció la triste noticia en Olivares, Villamartín, Trebujena y Montellano. De las redes sociales surgieron decenas de comunicados y comentarios de reconocimiento y agradecimiento. Solo como muestra recojo algunos de ellos:

Ayuntamiento de Villamartín. «El Ayuntamiento lamenta la irreparable pérdida de don Antonio Mesa Jarén, ilustre hijo de Villamartín. Ha fallecido en Olivares, aunque siempre llevó a su pueblo en el corazón y su devoción a la Virgen de las Montañas».

Ayuntamiento de Trebujena. «Desde el Ayuntamiento, y en nombre del pueblo de Trebujena, queremos manifestar nuestro profundo pesar y trasladar nuestras condolencias a la familia y amigos. Querido Antonio, hay agradecimientos que traspasan generaciones y serán eternos. Muchísimas gracias de corazón y descansa en paz».

Archidiócesis de Sevilla. «La Archidiócesis agradece a Dios la vocación, vida y testimonio de este sacerdote y ruega por el eterno descanso de su alma».

Hermandad Ntra. Sra. de las Montañas. «El Hermano Mayor, la Junta de Gobierno y toda la Hermandad, quieren expresar su más profundo pesar por la muerte de nuestro paisano don Antonio Mesa. Siempre fue una persona muy querida en el seno de nuestra Hermandad, destacando su gran fervor por la Virgen de las Montañas, a la que visitó por primera vez cuando tenía tan solo 3 años».

Hermandad de la Soledad de Olivares. «La Junta de Gobierno quiere manifestar su profundo pesar y su más sentido pésame a su familia y a todo el pueblo de Olivares. Queremos mostrar nuestro agradecimiento al que fue durante más de 40 años párroco de este pueblo, siempre al servicio de la parroquia y de nuestra hermandad».

Hermandad Vera-Cruz Olivares. «Fallece el que fue Director Espiritual de nuestra Hermandad durante 43 años. Desde su llegada a Olivares, destacó por su verdadera labor espiritual y evangelizadora dando testimonio de fidelidad y de compromiso con su pueblo».

Hermandad de la Santísima Virgen del Rocío de Olivares. «Se va con la Santísima Virgen una grandísima persona; con un genio muy particular que nunca olvidaremos. Nunca fue a la romería del Rocío acompañando a nuestra Hermandad, pero siempre estuvo de nuestro lado, facilitándonos nuestro quehacer diario con sus sabios consejos y siempre entregado al pueblo de Olivares».

Banda de Música Ntra. Sra. de Palomares. «Pocas personas han influido tanto en nuestro pueblo como don Antonio […] al que aportó todo su tiempo, sus conocimientos y su voluntad en mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos. Allá donde hubiera una necesidad estaba él».

Banda las Nieves. «Don Antonio ocupó el cargo de director de nuestra formación durante 13 años y gracias a su trabajo consiguió que esta adquiriera una gran calidad musical. Siempre será recordado por su gusto y por las clásicas marchas procesionales».

 

Despedida en el nuevo templo del Santuario de las Montañas. La Parroquia, la Alcaldía, la Hermandad de las Montañas, sus amigos y el pueblo de Villamartín, al que se unió una representación desde Olivares, quiso despedir a don Antonio ante la presencia de la Virgen de las Montañas, organizando un funeral de adiós. La ceremonia se inició con un panegírico leído por su amigo desde la infancia Manuel Vidal Jiménez, a los asistentes se les proporcionó un díptico-resumen con una breve biografía del finado e imágenes de sus parroquias, sus Vírgenes y sus grandes momentos. El celebrante, don Francisco Varela, rogó por el eterno descanso de su alma y todos asistimos emocionados y resignados por tan irreparable pérdida. (Fot.: Pedro Sánchez).

 

Y que mejor para concluir, lo dicho por Antonio René Díaz, en su crónica del Correo de Andalucía del 23 de octubre del 2013, «Antonio Mesa, 43 años de vida sacerdotal en Olivares», que lo califica como «un sacerdote de apariencia frágil, honesto, valiente, luchador, solidario, buscador de la verdad y la justicia, de espíritu crítico, que sembró su semilla en varias generaciones de trebujeneros y olivareños, una labor que ha dejado una huella permanente que con el transcurso del tiempo será valorada con perspectiva histórica».

 

Agradecimientos

Consuelo Mesa Jarén.

Manuel Vidal Jiménez.

Aurelio Mozo Durán.

José Luis González Perea.

Gerardo Díaz Pérez.

María Dolores Díaz Parra.

 

Bibliografía

·Mesa Jarén, A.: Crónicas de una Iglesia: La Capilla Mayor y la Insigne Colegial de Olivares. Facediciones, 2013.

·Mesa Jarén, A.: Trebujena. Aproximación a su historia. Editorial: Imp. Gráficas Villanueva y García, 1991.

·Mesa Jarén, A.: Hijos ilustres y personas relevantes en la historia de Villamartín. Ayuntamiento de Villamartín, 1999.

·Varios.: Villamartín. Imágenes de un Siglo II y III. Ayuntamiento de Villamartín, 2002 y 2016.

·Delgado Pérez I.: Historia de la Banda de Música de Olivares (1860-2013). 2015.

·Vidal Jiménez M.: Efemérides en torno a la historia de Villamartín. Inédito.

·Díaz Pérez, A. R.: Don Antonio Mesa. XXV años de ministerio sacerdotal en Olivares. Ay. de Olivares. 1995.

·Díaz Pérez, A. R.: El Olivares del Ayer en el recuerdo. Crónicas de un Siglo I. Ayuntamiento de Olivares. 2020.

·Díaz Pérez, A. R.: La Hermandad de la Santa Vera-Cruz de Olivares en el siglo XX. 2013

·Varios artículos de la colección de Libros de Feria. Ayuntamiento de Villamartín. 1952-2020.

·Ali Trujillo. La huella de don Antonio

·Don Antonio, una vida al servicio de Olivares. Hermandad de la Vera-Cruz

·Boletines y dípticos varios de Trebujena y Olivares.

·Prensa de Sevilla y Cádiz.

 

© del texto, Pedro Sánchez Gil, salvo entrecomillados.

© de las imágenes, lo señalado en los pies de foto.

© de la publicación, «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».

 

Biografía de don Antonio Mesa en PDF. «Enlace»

 

ÁLBUM FOTOGRÁFICO

Don Antonio Mesa, una de sus fotos preferidas y que usó repetidas veces. / Nombramiento como Hijo Adoptivo de Trebujena. 2018. / Virgen de las Montañas. Imagen original de gran valor que don Antonio siempre tuvo en la cabecera de su cama.

Conferencia-concierto de don Antonio y sus músicos (I y II). / En sus visitas a Villamartín siempre ofrecía una misa en la pequeña ermita.

Miembros de Cáritas de Olivares en el puerto de las Palomas de la Sierra de Grazalema. / Fray Carlos Amigo Vallejo se dirige a la casa-hermandad de la Soledad, acompañado de don Antonio y miembros de la misma.

Cáritas Diocesanas de Olivares. Preside el cardenal Bueno Monreal. A su derecha Aurelio García Delgado, presidente de Cáritas y a su izquierda don Antonio. / Bendición de la Casa de Cáritas. Junto al cardenal Bueno Monreal, Raimundo Cotán García, hermano mayor de la hermandad de la Santa Vera Cruz de Olivares; de espaldas don Antonio.

Grupo de jóvenes músicos preparados por don Antonio en Olivares. / Concierto en el día de Santa Cecilia en la parroquia de Olivares, hacia 1992. Función tradicional con pasacalles que decayó en beneficio del concierto de Navidad. Años atrás culminaba con un gran almuerzo de todos los músicos.

Abren la comitiva el cardenal bueno Monreal y don Antonio que se dirigen a Cáritas Diocesanas. / Bendición desde el portal de la iglesia el Domingo de Ramos.

Inauguración de la exposición de la casa-hermandad de la Soledad, con motivo del 275 aniversario de su fundación. Don Antonio corta la cinta inaugural junto a Hipólito Rodríguez Silva, secretario de la misma. / Procesión del Corpus por la Cruz Nueva de Olivares. / Ante el piano.

Con un grupo de jóvenes ante la Virgen de Palomares en Trebujena, 1965. / Los hermanos Fuentes Víbora ejercieron una gran influencia sobre don Antonio que siempre los admiró.

Con sus amigos Ernesto Pangusión, Nicolás Sánchez y Curro Romero en Olivares. / De su libro Hijos Ilustres de Villamartín. De Pedro Garrido trazó la primera biografía del personaje. / Firma de don Antonio Mesa. 

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