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Fallecimiento: Olivares (Sevilla), 12 de septiembre de 2020.
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Padres: Juan Miguel Mesa Romero y Amalia Jarén Pavón.
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Abuelos paternos: Antonio Mesa Barrera y Salud Romero Vega.
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Abuelos maternos: Juan Bautista Jarén Astudillo y Consuelo Pavón Pacheco
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Hermana: Consuelo Mesa Jarén.
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Sus antepasados proceden de Villamartín y Montellano.
Aparte
de su formación religiosa, destacar la musical: «Titulado en piano-armonio,
especialización en solfeo superior y pedagogía musical, armonía y contrapunto,
música de cámara y acompañamiento, historia de la música y formas musicales y,
finalmente, dirección de orquesta y coros».
Varias
cosas más marcaron profundamente su personalidad y sus grandes aficiones. Ya he
comentado dos: la lectura y la escritura; en esta última quedó, sin duda,
demostrada su valía en la amplia bibliografía que iremos enumerando. Pero
también la música, oyendo de su propia madre las primeras melodías y también de
los hermanos Fuentes Víbora. Las amistades de esos años de niñez (Manuel y Paco
Vidal, Aurelio Mozo Durán; Aurelio Mozo Gil; Nicolás Sánchez; Enrique, Carlos y
Fernando Troya; Pepe y Antonio Pino, Manolo Pangusión, Manolo Méndez, Juan Luis
Pavón…) quedaron grabadas a fuego en su corazón, sufriendo, tiempo después,
cada uno de los fallecimientos de algunos de sus compañeros de juegos y
correrías por el pueblo. Paseos que solían acabar en la bulliciosa Plaza; en la
Alameda, «lugar tranquilo para tomar el sol en invierno y el fresco en verano»;
San Francisco, donde oía la misa; la parroquia, atraído por su órgano, y la
ermita que conoció con tres años. En alguna ocasión me comentó que, pese a su
corta edad, quedaron alojados en su mente algunos de los tiroteos del inicio de
la Guerra Civil y sobre todo la hambruna y los racionamientos de la posguerra.
Vayamos
ahora cronológicamente haciendo un recorrido por su vida, llena de entrega a los
más necesitados allí por donde pasó; de persona culta, investigadora de su
pueblo de nacimiento y de aquellos otros a los que adoptó y le adoptaron, de
sus muchos retos de persona emprendedora para dotar a su feligresía más humilde
de lo imprescindible; de su inquebrantable sentido de la justicia y, por
supuesto, de su fervor hacia la Virgen de las Montañas.
Seminarista
y sacerdote
1944. En
septiembre de ese año, tras la muerte de su padre, recibe instrucción por parte
de don Manuel Jiménez y don Manuel Gestoso y magníficamente preparado ingresa
en el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda, para continuar después en el
Metropolitano de Sevilla. Fueron años duros que estuvieron a punto de dar al
traste con su vocación, alguna enfermedad y su extrema delgadez le llevan a
casa, pero logró recuperarse y volver a su vocación.
Primeros
destinos
1956-1962. Sus
primeros destinos fueron las capellanías de las Religiosas Dominicas y del
Colegio de Segunda Enseñanza de Santa Ángela de Osuna, así como la vicaría de
la Parroquia de la Consolación de esa localidad. Posteriormente ejerció de
coadjutor en la parroquia del Señor San José de Montellano.
Trebujena
1962-1970.
Párroco de Trebujena. Llega como cura encargado de la Parroquia de la Purísima
Concepción de dicha localidad en agosto de 1962, con la fuerza que le dan sus
30 años, le acompaña su madre y su hermana. «Desde los primeros días pude
comprobar que no era Trebujena un pueblo común, uno de tantos», quedó don
Antonio por escrito. Con la energía que le da su fuerte carácter se enfrenta a
los poderes fácticos y ciertas costumbres que no comparte, siempre posicionándose
al lado de quien más lo necesitaba y rompiendo tradiciones como cambiar el
recorrido del Corpus, compartiendo las «calles ilustres» con las zonas
humildes. Podemos asegurar que don Antonio quedó seducido por un pueblo de
solida tradición sindical, que él definió «con una conciencia muy desarrollada
en lo social y extremadamente progresista en lo político». Algunos hitos:
Hacia
1966.
Marcha a Alemania para convivir una temporada en la misma fábrica con
emigrantes trebujeneros que le mandan «un giro» para el viaje. Volvió encantado
de la convivencia, de la visita y de la amistad que trabó para siempre con los
trabajadores.
Década
de 1960. Pone en funcionamiento la Banda de Música Ntra. Sra. de
Palomares. Así lo cuentan en su página oficial: «En esos años la situación
de nuestra institución era precaria, entre otras cosas, por la falta de una persona
que sirviese de líder y guía. Ante esto, don Antonio no duda en coger la batuta
y dar continuidad a un proyecto que se hacía insostenible. A pesar de los
instrumentos que eran de antes de la guerra, a pesar del escaso número de
músicos, de la falta de un local de ensayo estable y tantas y tantas carencias,
consiguió mantener viva la llama de la música en nuestra banda».
1970.
Abandona Trebujena con destino a Olivares. Es despedido con gran emoción en la
Plaza del Ayuntamiento. Parece ser que al pueblo lo cogió por sorpresa este
traslado; el trabajo y los méritos los hizo durante esos ocho años, aunque los
grandes reconocimientos llegaron después.
1981. El Ayuntamiento de Trebujena le concedió el
Racimo de Oro y rotuló una calle de la localidad con el nombre de «Padre Mesa
Jarén».
1991.
Publica el libro Trebujena. Aproximación a su historia, gran compendio
de historia local, personajes, conceptos culturales y festivos. En la
presentación del mismo quedó escrito: «Desde hace 15 años abrigo la esperanza
de ofrecer al pueblo de Trebujena una aproximación a su historia. Una historia
apasionante, viva y rica que yo vislumbre la misma tarde de mi llegada. […] Es
un pueblo de embrujo, con la gran virtud de hacer feliz a todo aquel que se
decida a formar parte de su comunidad.
2009. Como
reconocimiento a su labor en la organización y fundación de la Banda de Música
Ntra. Sra. de Palomares recibe de ésta la Lira de Oro.
2018. Don
Antonio recibe una de las grandes alegrías de su vida, quizá la última. El
Grupo de Gobierno Municipal estimó que «por su labor humanística, social y
cultural; por considerarlo un fiel defensor del espíritu e idiosincrasia
trebujenero; y por sentir nuestro pueblo como el suyo propio, consideramos que
don Antonio Mesa Jarén es digno merecedor del título de Hijo Adoptivo de la
Villa de Trebujena».
1970-2013.
Párroco de Olivares
En
febrero de 1970 fue destinado a la Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves.
Desde su llegada a esta localidad ejerció una gran labor en esa población,
inicialmente con gran dificultad, trabajando y sufriendo para que le
comprendieran, asimilaran su estilo pastoral y el nuevo mensaje de la Iglesia.
Fiel al Evangelio y a su propia convicción, puso su sacerdocio al servicio de
los más débiles y necesitados.
1987-2000. Siempre,
en su quehacer y allá donde fue, estuvo presente la música. En Olivares fue
director de la banda de Santa María de las Nieves (1987-2000, pasando desde
este año a ser su director honorario), agrupación que llegó a sonar en las
calles de Sevilla y en la Expo 92. Fundó diversos coros y compuso varias misas
polifónicas para la Inmaculada y la Virgen de las Nieves.
1995. Al
cumplirse los veinticinco años de su llegada al municipio, el Ayuntamiento lo
nombró Hijo Adoptivo del municipio aljarafeño. Años después, con motivo de su
jubilación en 2013, el alcalde Isidoro Ramos, recordó ese hecho, señalando que
sólo tenía palabras de agradecimiento y reconocimiento por su entrega a la
Parroquia y a la comunidad durante los últimos cuarenta y tres años de
servicio, calificándolo de «hombre culto y generoso, que debía servir de
ejemplo a las generaciones venideras».
2013. No hay
que olvidar tampoco su labor de investigación. Su última obra, Crónicas de una Iglesia: La Capilla Mayor y la Insigne
Colegial de Olivares, va
ya por su segunda edición, en la que en 24 capítulos narra su historia. Tampoco
que ejerció como director espiritual de las tres hermandades: Vera-Cruz,
Soledad y Rocío.
2013-2020.
Párroco emérito en Olivares
Obligado
por la edad y el cansancio, sabiendo que ya no podía rendir ante sus feligreses
con el mismo ímpetu anterior, dejó su cargo con más de ochenta años de edad. Como
párroco emérito de Olivares, pasó sus últimos tiempos entre los rezos, la
investigación, los largos paseos cuando el frío o el calor lo permitían,
atendiendo las continuas visitas que recibía, la misa diaria en su misma casa y
las largas conversaciones telefónicas con sus amigos, además de los cuidados
(mutuos, por supuesto) hacia su querida hermana Consuelo. Tras el traslado a su
última vivienda (2017) dispuso de conexión a internet que le permitió ampliar
la investigación, compartir conocimientos y ser el mejor lector de todo lo que
se publicaba relacionado con Villamartín, con Olivares y con Trebujena. Sin
duda, este avance tecnológico, le ayudó a elaborar nuevos artículos para
nuestro Libro de Feria y los villamartinenses pudimos deleitarnos con sus
conocimientos y prosa muy bien construida.
Su
relación con Villamartín
Don
Antonio nunca olvidó a su Villamartín natal, incluso tras su jubilación pasó
por su cabeza el regreso a su querido pueblo o a Montellano. Demos un repaso,
más o menos cronológico, a su huella dejada aquí:
1955-2020. Poco
después del inicio de la andadura del Libro de Feria fue llamado por su amigo
José Bernal a convertirse en un colaborador habitual, invitación que aceptó a
partir de 1955 con su primer artículo «Hijos Ilustres de Villamartín: Ruiz
Cabal, Pedro Garrido y los Álvarez Troya», manteniendo su aportación desde
entonces, centrada en temas sociales, históricos, costumbristas, religiosos…,
de forma que, tras el fallecimiento de Pepe Bernal, don Antonio se convirtió en
el articulista más antiguo. Los títulos de la década de los sesenta y setenta
tratan, posiblemente influenciados por sus vivencias en Trebujena y su
admiración por el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, intentan conjugar el
conocimiento del pasado, la experiencia del presente, para «construir un mundo
más justo y habitable para todos los hombres por igual». Los títulos son muy
reveladores: «Tiempos de antaño y el avance de un pueblo» (1964), «Construyamos
el futuro» (1968), «El progreso de Villamartín» (1973)… Tras esta primera
etapa, don Antonio continúa con sus artículos anuales que se hacen más diversos
en cuanto a temática: peregrinación a las Montañas, reparto del Campo de
Matrera, el ferrocarril de la Sierra, sin olvidar su «hijos ilustres»: «Una
estirpe imperecedera», «Una empresa ejemplar»… Siempre que pudo la palabra
Villamartín formó parte del título: «Muy Noble y Muy Leal Villa de Villamartín
(1958 y 2020)»; «Villamartín en tiempos de los señoríos» (1966); «Las vastas
tierras que comprendieron el primitivo término de Villamartín (1974)», «Enfrentamiento
entre el Marqués de los Álamos y eclesiásticos de Villamartín (2009)»…
1985. Compuso
el himno oficial para el acto de la Coronación Canónica de la Virgen de las
Montañas.
1994. Fue
Premio Hermanos Íñigo por su obra Hijos Ilustres de Villamartín, en
versión muy reducida limitada por las bases del concurso.
1999. Tras
resultar ganador de la convocatoria anterior, don Antonio amplía durante años considerablemente
ese trabajo y el Ayuntamiento de Villamartín se lo convierte en libro de gran
éxito, actualmente agotado, con el título que aparece en la imagen. En la introducción
podemos leer: «La finalidad, pues, de esta obra es, por una parte, hacer
revivir las figuras de nuestros paisanos y conciudadanos que he estimado más
relevantes, resarciendo así el agravio del injusto olvido y, por otra, que sus
vidas sirvan de estímulo para que esta saga, que se inició el mismo día de la
fundación del pueblo, no se pierda, sino que se eternice».
2002. Participó
en la obra Villamartín. Imágenes de un Siglo II como autor del capítulo «El
Clero», donde quedaron plasmadas las biografías de los sacerdotes nacidos en Villamartín
por orden de antigüedad, así como los que rigieron la iglesia de nuestro pueblo
durante el siglo XX.
2006. Don
Antonio recorrió en coche todos los rincones del pueblo, visitando lugares para
él desconocidos: «Quedé sorprendido al visitar detenidamente y de cerca
cuantiosas y preciosas barriadas, el magnífico hospital, el recinto ferial,
polideportivos, colegios, plazoletas, avenidas…», escribió en el Libro de Feria
de 2006. Esa noche sus amigos le
obsequiaron con una cena, al final de la cual le entregaron un precioso mosaico
con la inscripción «A Antonio Mesa Jarén, en sus Bodas de Oro Sacerdotales.
1956-2006».
2016. Escribe
un erudito prólogo al tercer volumen de esta serie de libros que conocemos
popularmente como los Imágenes de un Siglo.
Varias
fechas. En bastantes ocasiones trajo a decenas de olivareños para
presumir de su pueblo, de la parroquia, de la calle del Santo…, acabando
siempre en la ermita y disfrutando de un buen almuerzo.
Su
fallecimiento
Extensas
muestra de cariño y reconocimiento
En
las primeras horas de esa mañana se conoció la triste noticia en Olivares,
Villamartín, Trebujena y Montellano. De las redes sociales surgieron decenas de
comunicados y comentarios de reconocimiento y agradecimiento. Solo como muestra
recojo algunos de ellos:
Ayuntamiento
de Villamartín. «El Ayuntamiento lamenta la irreparable
pérdida de don Antonio Mesa Jarén, ilustre hijo de Villamartín. Ha fallecido en
Olivares, aunque siempre llevó a su pueblo en el corazón y su devoción a la
Virgen de las Montañas».
Ayuntamiento
de Trebujena. «Desde el Ayuntamiento, y en nombre del
pueblo de Trebujena, queremos manifestar nuestro profundo pesar y trasladar
nuestras condolencias a la familia y amigos. Querido Antonio, hay
agradecimientos que traspasan generaciones y serán eternos. Muchísimas gracias
de corazón y descansa en paz».
Archidiócesis
de Sevilla. «La Archidiócesis agradece a Dios la vocación,
vida y testimonio de este sacerdote y ruega por el eterno descanso de su alma».
Hermandad
Ntra. Sra. de las Montañas. «El Hermano Mayor, la Junta de Gobierno y
toda la Hermandad, quieren expresar su más profundo pesar por la muerte de
nuestro paisano don Antonio Mesa. Siempre fue una persona muy querida en el
seno de nuestra Hermandad, destacando su gran fervor por la Virgen de las
Montañas, a la que visitó por primera vez cuando tenía tan solo 3 años».
Hermandad
de la Soledad de Olivares. «La Junta de Gobierno quiere manifestar su
profundo pesar y su más sentido pésame a su familia y a todo el pueblo de
Olivares. Queremos mostrar nuestro agradecimiento al que fue durante más de 40
años párroco de este pueblo, siempre al servicio de la parroquia y de nuestra
hermandad».
Hermandad
Vera-Cruz Olivares. «Fallece el que fue Director Espiritual de
nuestra Hermandad durante 43 años. Desde su llegada a Olivares, destacó por su
verdadera labor espiritual y evangelizadora dando testimonio de fidelidad y de
compromiso con su pueblo».
Hermandad
de la Santísima Virgen del Rocío de Olivares. «Se va con la
Santísima Virgen una grandísima persona; con un genio muy particular que nunca
olvidaremos. Nunca fue a la romería del Rocío acompañando a nuestra Hermandad,
pero siempre estuvo de nuestro lado, facilitándonos nuestro quehacer diario con
sus sabios consejos y siempre entregado al pueblo de Olivares».
Banda
de Música Ntra. Sra. de Palomares. «Pocas personas han influido
tanto en nuestro pueblo como don Antonio […] al que aportó todo su tiempo, sus
conocimientos y su voluntad en mejorar las condiciones de vida de sus
ciudadanos. Allá donde hubiera una necesidad estaba él».
Banda
las Nieves. «Don Antonio ocupó el cargo de director de
nuestra formación durante 13 años y gracias a su trabajo consiguió que esta
adquiriera una gran calidad musical. Siempre será recordado por su gusto y por las
clásicas marchas procesionales».
Y
que mejor para concluir, lo dicho por Antonio René Díaz, en su crónica del
Correo de Andalucía del 23 de octubre del 2013, «Antonio Mesa, 43 años de vida
sacerdotal en Olivares», que lo califica como «un sacerdote de apariencia
frágil, honesto, valiente, luchador, solidario, buscador de la verdad y la
justicia, de espíritu crítico, que sembró su semilla en varias generaciones de trebujeneros
y olivareños, una labor que ha dejado una huella permanente que con el transcurso
del tiempo será valorada con perspectiva histórica».
Agradecimientos
Consuelo
Mesa Jarén.
Manuel
Vidal Jiménez.
Aurelio
Mozo Durán.
José
Luis González Perea.
Gerardo
Díaz Pérez.
María
Dolores Díaz Parra.
Bibliografía
·Mesa
Jarén, A.: Crónicas de una Iglesia: La Capilla Mayor y la Insigne Colegial
de Olivares. Facediciones, 2013.
·Mesa
Jarén, A.: Trebujena. Aproximación a su historia. Editorial: Imp.
Gráficas Villanueva y García, 1991.
·Mesa
Jarén, A.: Hijos ilustres y personas relevantes en la historia de
Villamartín. Ayuntamiento de Villamartín, 1999.
·Varios.:
Villamartín. Imágenes de un Siglo II y III. Ayuntamiento de Villamartín,
2002 y 2016.
·Delgado
Pérez I.: Historia de la Banda de Música de Olivares (1860-2013). 2015.
·Vidal
Jiménez M.: Efemérides en torno a la historia de Villamartín. Inédito.
·Díaz
Pérez, A. R.: Don Antonio Mesa. XXV años de ministerio sacerdotal en
Olivares. Ay. de Olivares. 1995.
·Díaz
Pérez, A. R.: El Olivares del Ayer en el recuerdo. Crónicas de un Siglo I.
Ayuntamiento de Olivares. 2020.
·Díaz
Pérez, A. R.: La Hermandad de la Santa Vera-Cruz de Olivares en el siglo XX.
2013
·Varios
artículos de la colección de Libros de Feria. Ayuntamiento de Villamartín.
1952-2020.
·Ali
Trujillo. La huella de don Antonio
·Don
Antonio, una vida al servicio de Olivares. Hermandad de la Vera-Cruz
·Boletines
y dípticos varios de Trebujena y Olivares.
·Prensa
de Sevilla y Cádiz.
©
del texto, Pedro Sánchez Gil, salvo entrecomillados.
©
de las imágenes, lo señalado en los pies de foto.
©
de la publicación, «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».
Biografía
de don Antonio Mesa en PDF. «Enlace»
ÁLBUM
FOTOGRÁFICO
Con sus amigos Ernesto Pangusión, Nicolás Sánchez y Curro Romero en Olivares. / De su libro Hijos Ilustres de Villamartín. De Pedro Garrido trazó la primera biografía del personaje. / Firma de don Antonio Mesa.
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