lunes, 30 de agosto de 2021

Caserío de la hacienda La Granja en Villamartín

De la revista Cortijos y Rascacielos: casas de campo, arquitectura, decoración.[1]

Núm. 50. Noviembre-Diciembre de 1948.

Arquitecto Juan Talavera yHeredia (sevillano).

Fotografías Serrano, Sevilla, (posiblemente JuanJosé Serrano Gómez).

Signatura: E-883-3-Ayuntamiento de Madrid.

 

Llega hasta mi este interesante artículo de la revista Cortijos y Rascacielos, con gran calidad de las fotografías (del acreditado fotógrafo sevillano Serrano) y buena reproducción pese a ser un original escaneado. Parte de un error en el título ya que La Granja pertenece al término municipal de Villamartín, ciertamente no lejano al de Bornos y al de Prado del rey. Para facilitar su lectura he transcrito el original.

La Granja. Conjunto variado y armónico que tanto seduce contemplado desde los jardines.

 La actividad, el entusiasmo, el talento y el buen arte de dos hombres han logrado, en la provincia de Cádiz, un conjunto de edificaciones y de jardines que han convertido parte de una extensa hacienda en verdadero paraíso andaluz. Son estos dos hombres el abogado de Sevilla D. Manuel Lobo López y el Arquitecto D. Juan Talavera. El primero, como propietario, no omitió gasto, esfuerzo ni iniciativa para convertir el antes abandonado caserío en la casa con que él soñaba; y el segundo, como técnico y artista, convirtiendo en realidad el sueño del propietario. De la conjunción de ambas actividades ha surgido esta obra moderna —bella y sugestiva—, de la que ambos pueden ufanarse legítimamente.

Un rincón confortable / Esbelta torre con arrogancia de alminar.

 Pero hagamos un poco de historia. El primitivo caserío de la hacienda denominada "La Granja", con su viña y su huerta, perteneció antiguamente al monasterio de San Jerónimo, de la villa gaditana de Bornos. Dícese que los frailes de la Orden titular de aquel convento utilizaban como recreo el hermoso caserío de la finca, relevándose cada semana siete frailes, que se dirigían a aquél montados en siete mulas rojas. Y tiene trazas de certeza esta versión porque, en efecto, son siete las celdas que rodean el salón que fue refectorio: magnífica pieza de 16 por 6,50 metros.

El exterior del caserío se muestra bello y variado desde los más opuestos puntos de vista, especialmente la entrada.

 Al promulgarse las leyes que iniciaron la campaña desamortizadora, fue vendida la hacienda en pública subasta, adjudicándose a un señor llamado D. Manuel Tarrafa. Fue, después de numerosas transmisiones a personas que descuidaron el caserío, dejándolo en completo abandono, cuando pasó el inmueble a su actual propietario, D. Manuel Lobo y López, quien —como antes decimos— encomendó la reconstrucción de la casa al ilustre arquitecto sevillano D. Juan Talavera, preocupándose también de mejorar los cultivos, repoblar las arboledas de los arroyos que cruzan sus tierras o le sirven de linderos y edificar almacenes, molino aceitero, zahúrdas parideras y casas para obreros, de perfectas condiciones higiénicas.

La Granja reflejada en las aguas de la piscina, pregonando el cuidado y el arte que han presidido esta obra.

 Parte de las tierras de la explotación agrícola "La Granja" pertenecen al término municipal de Prado del Rey, fundado por Carlos III, que para colonizarlas cedió las dehesas reales de Almajar y Prado del Rey, por lo que sus habitantes (a cada uno de los cuales cedió treinta y seis fanegas de tierra, un buey, una vaca, un gallo y una gallina) se hacen llamar "pobladores", y se conoce al pueblo con el nombre de la "Población"; recordando el origen real de todo aquello el mismo nombre de "La Granja", así como el de "El Pardo", con que se conoce a unas tierras linderas.

Un aspecto de los jardines / Otra perspectiva que evoca los del Generalife granadino.

 La situación de la casa es magnífica. A la altitud de unos cuatrocientos metros sobre el nivel del mar, se eleva en el valle que forma la confluencia de los cerros nombrados El Castillejo y El Verdugo. Reservada por éstos de los vientos de Levante, que castigan mucho aquella zona, se divisa desde sus terrazas y ventanas un espléndido panorama, sin otro límite que el de la propia vista, contemplándose los pueblos de Montellano, de la provincia de Sevilla, y Villamartín y Bornos, de la de Cádiz; las marismas del Guadalquivir, Utrera. El Coronil y el Castillo de Espera. Y si se asciende un poco, Cádiz y su bahía.

El salón que fue refectorio; impresionante pieza por sus proporciones, hoy notablemente embellecida.

 Nace, como a unos doscientos metros de la casa, un rico manantial, que riega la huerta y que, por su altura sobre el edificio, permite utilizar el agua a presión en preciosos jardines, trazados por el Sr. Talavera, que ha aprovechado, para embellecerlos, el desnivel del terreno, con fuentes, acequias y paseos de cipreses, que recuerdan el Generalife.

 

Anexo fotográfico

 

En torno de la chimenea unos muebles cómodos para leer, charlas o hacer labor.

 

En el fondo del gran salón, el arte andaluz despliega, en torno del del hogar, su maravillosa teoría de cerámica.

 

Uno de los dormitorios en la hoy elegante mansión del Sr. Lobo y López.

 

Pérgolas que recuerdan claustros, con los cipreses al fondo.

 

En patios y patinejos, en detalles de ventanas, escaleras y fuentes, tiestos y baldosas, canta el alma inmortal de Andalucía.

 

Otro aspecto de conjunto del caserío de La Granja en Villamartín (en el original en Bornos).

 

A vista de pájaro puede advertirse mejor la posición e importancia de las edificaciones de La Granja.

 

Plano de la hacienda de La Granja.

 

Para saber más

-Cortijos, haciendas y lagares. Hacienda la Granja de Villamartín. Junta de Andalucía. 2002. Págs. 377-378.

-Nomenclátor rural del término municipal de Villamartín. Pérez Regordán, M. Ayuntamiento Villamartín / Diputación de Cádiz. 2000

 

©del texto y pies de foto, revista Cortijos y Rascacielos, salvo introducción.

©de las imágenes, Serrano y Cortijos y Rascacielos.

©de la publicación «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».



[1] Cortijos y Rascacielos fue una revista de arquitectura editada en Madrid entre 1930 y 1954. 

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