sábado, 20 de julio de 2024

Académico don José Bernal Cisuela

Cronista Oficial de la Villa de Villamartín (1924-1994)
Por Antonio Mesa Jarén



Don José Bernal Cisuela, cronista oficial de la villa de Villamartín y académico de la de San Dionisio de Jerez de la Frontera. (Foto cedida por la familia).

La figura de Pepe Bernal es, de cuantas semblanzas trazo en este libro, la más cercana a nuestra generación −a de la horrible guerra civil−, toda vez que falleció recientemente, en 1994. Todos lo recordamos sentado en un sillón del Casino leyendo la prensa y atendiendo las múltiples llamadas telefónicas que diariamente recibía, bien de las redacciones de los periódicos en los que colaboraba, bien de escritores, periodistas, catedráticos, historiógrafos y de otros que consultaban con él dudas e incertidumbres relacionadas con Villamartín y su entorno, o que le solicitaban datos y noticias del pueblo.
Empapado de la historia de Villamartín, que él conocía como ningún otro al haber rastreado una y mil veces los múltiples legajos que se conservan en el Ayuntamiento, y conocedor de todos los avatares, unos vividos personalmente, otros escuchados de viva voz, otros investigados hasta conocer lo ocurrido, resultaba ser una «enciclopedia» que disponía en cualquier momento tanto de la noticia o el evento más remoto acaecido en el pueblo, como de la fecha y lugar de cualquier acontecimiento que, con el paso de los años, no recuerda ni el más memorioso. Era una «computadora» que había almacenado toda la vida pública y privada de Villamartín.
Pepe Bernal vino al mundo el 29 de mayo de 1924, hijo de Juan Bernal González y de Josefa Cisuela Sánchez. Como todos los niños de aquella época aprendió las primeras letras en el colegio público del pueblo. A los doce años su padre lo internó en el colegio de San Francisco de Paula de Sevilla donde estudió el bachillerato, trasladándose años después a Madrid para comenzar los estudios de perito agrónomo que, por cierto, no pudo terminar debido a dolencias permanentes que lo marcaron durante toda la vida. En su lugar, realizó los estudios de Técnico de Administración Local. En 1949, previa oposiciones, consigue una plaza de su especialidad en el Ayuntamiento de Villamartín, donde permanecería hasta 1980, año de su jubilación.


    Jura de su cargo

Al poco tiempo de incorporarse a las oficinas de la administración local, Pepe Bernal es nombrado bibliotecario y archivero del Ayuntamiento; era su mayor vocación: vivir sumergido entre las montañas de documentos centenarios que se conservan en las casas consistoriales. Aquella fuente de historia y recuerdos fue la que saciaría sus apetencias de conocer y saber cuánto en su pueblo había ocurrido desde su fundación; ríos de agua que él, generoso y amable, ofreció a cuantos le pidieron de beber, porque no fue el investigador que sólo busca y ambiciona noticias en utilidad propia, ocultando los hallazgos obtenidos para su provecho y lucimiento, sino que gozaba al ofrecer y donar a otros sus descubrimientos, sin reclamar para sí derecho alguno. Era una virtud que le caracterizó.
Sabedor de tantas cosas, nadie mejor que él para darlas a conocer. Además, era preciso que el auge y progreso que Villamartín iba adquiriendo se difundiera «a los cuatro vientos». (Alguien, desde las alturas del poder, había comentado en cierta ocasión y lugar que Villamartín era uno de los pueblos de España que mayor desarrollo y crecimiento estaba experimentando). Hacía falta urgentemente una persona que, con base, preparación y entusiasmo, asumiera la tarea de redactar y publicar cuantas noticias y acontecimientos interesantes ocurrieran en el pueblo. Como era de esperar, el encargo recayó sobre Pepe Bernal, quien, por decisión del pleno de la corporación municipal, celebrado en las Casas Consistoriales el 25 de mayo de 1958, fue nombrado Cronista Oficial de la Muy Noble y Muy Leal Villa de Villamartín. Posteriormente sería elegido miembro de la Asociación de Cronistas Oficiales.
En las redacciones de los periódicos llovieron las crónicas que Pepe Bernal enviaba a cada momento. Y fue tal el interés que éstas suscitaban que de inmediato fue nombrado corresponsal de ABC, de la Agencia EFE, cuando era su director Luis María Ansón, así como de Radio Nacional de España, de los diarios jerezanos Ayer y La Voz del Sur, ya desaparecido, y otros. Su pluma no descansaba ni de día ni de noche. A su trabajo como cronista añadía su dedicación al ensayo y a la narración que plasmaría en cuentos y relatos con tal acierto y éxito que algunos fueron premiados en varios certámenes. (Lástima no haber podido disponer de documentación para dar a conocer con exactitud dichos premios. Pero nos consta su veracidad. En concreto, tenernos noticias de haber sido galardonado con trabajos que publicó en el Noticiario Pradense de la agrupación cultural Vela Mora, y en la Revista El Funcionario Municipal, de Valencia).


    Pepe Bernal en la biblioteca municipal

El nombre de Pepe Bernal llegó a ser conocido no sólo a nivel comarcal, sino provincial y, en buena parte, nacional. La correspondencia que mantuvo con escritores y profesores de alto rango lo atestigua: Luis María Ansón, José María Pemán, el poeta arcense Antonio Murciano, los célebres escritores y conferenciantes Jesús y José de las Cuevas, el catedrático Antonio Miguel Bernal −autor de buena parte de la Enciclopedia de Andalucía−, Antonio Perea de la Rocha −novelista, conferenciante y publicista−, José Antonio Delgado Orellana −correspondiente de la Real Academia de la Historia− son algunos destacados ejemplos, que, al dirigirse, consultar o solicitar datos a Pepe Bernal, acreditaban la reputación y prestigio que había adquirido.


DON JOSÉ BERNAL, escritor, investigador, fundador del Libro de Feria de Villamartín, mantuvo constante correspondencia con altas personalidades de las letras. Fue corresponsal del diario ABC y de la Agencia EFE. Aquí lo vemos ante el monumento a Víctor Manuel y al Soldado Desconocido, en Roma. (Foto cedida por la familia).

Más tarde llegó a participar en la edición de la Gran Enciclopedia de Andalucía y del Diccionario Enciclopédico de la Provincia de Cádiz. Y a los Congresos de Cronistas Oficiales celebrados por esta entidad en Madrid, Barcelona, Betanzos, Ceuta, Ciudad Real y Córdoba, así como al XI Congreso de Vexilología, celebrado en Madrid en mayo de 1985, envió ponencias que, debido a su enfermad, fueron leídas con gran éxito.
Pepe llegó a ser en Villamartín el hombre indispensable en todo lo referente a publicaciones, charlas culturales, conferencias y todo tipo de actos literarios. Fue director de la revista local Serrecín Literario; colaborador de los semanarios locales El Brillante y El Brillante Literario; coautor del libro Villamartín. Imágenes de un Siglo I, de enorme éxito por su acogida, crítica y venta (a él se le deben gran parte de los comentarios a pie de fotos); además de los temas de descripción local y la admirable Síntesis Monográfica, que ha sido traducida a varios idiomas; premio literario Jiménez Maza; miembro de la comisión calificadora para los certámenes del Premio Hermanos Migo Mateos; portavoz del Ayuntamiento, etc.


                           Leyendo la revista LIFE del 25 de enero de 1960

Fue, sin lugar a dudas, el representante en esta época de la cultura de Villamartín, esa «cultura» que él definía como la posibilidad de transmitir en el tiempo las vivencias y costumbres del pueblo para que las generaciones venideras se beneficien de ella y, a la vez, las mantengan y difundan.
Tal vez por este motivo abrigó la idea de crear un ateneo popular donde se estudiara y propagara todo lo referente a Villamartín. No llegó a cuajar el proyecto porque se necesitaban demasiadas buenas voluntades e inquietudes culturales como la suya.
Otra faceta de su vida, ampliación de su vocación literaria y artística, fue la afición fotográfica, realizando más de cinco mil fotos, algunas de ellas galardonadas, y otras escogidas para ilustrar el semanario Blanco y Negro.

Pero su obra cumbre a la que no regateó esfuerzos ni entusiasmo y que constituyó su máximo éxito fue, sin lugar a dudas, la Revista o Libro de Feria. Pepe fue el alma que le dio vida y que la hizo concebir y nacer, allá por el año 1952. Y brotó con tal fuerza y energía, con tal salud y vigor, que ha perdurado hasta el día de hoy. Le inyectó todo su entusiasmo para que pudiese, no sólo mantenerse, sino crecer poderosamente, como así ha ocurrido, pues las doce hojas del día de su nacimiento, con un solo artículo que él firmaba, se han convertido en un libro que contiene centenares de páginas dedicadas a trabajos literarios, históricos y poéticos, así como innumerables y preciosas fotografías que lo ilustran.

Lanzó aquellas primeras hojas con una glosa a la centenaria feria que se titulaba:
¡FERIA DE VILLAMARTÍN! ¡FERIA DE SAN MATEO!
En ella reflejaba la alegría desbordante que sentía su corazón ante la proximidad de los días grandes que él vivía con toda intensidad. Recordemos su primer mensaje a modo de pregón:

Rumbo y gracia de este rincón serrano de la provincia gaditana, que durante estos días de septiembre celebra con entusiasmo y alegría sus festejos más populares del año, alternando sus diversiones con el mercado ganadero, uno de los principales de la Baja Andalucía.
La merecida fama que goza nuestra feria no se ha conseguido ni en un año ni en dos: han sido muchos más, remontan al centenar, acrecentándose cada vez más, porque los hijos de Villamartín quieren con el corazón a su pueblo y a sus fiestas, y todo nuevo mes de septiembre se superan en realce y esplendor, siendo pregonero de ella cualquiera que la visite.
Villamartín, recostado suavemente sobre su ondulante campiña y las primeras estribaciones de la abrupta serranía, se dispone hacer honor al renombre de su feria.
Preparémonos, pues, a celebrar con el rango que se merecen estos festejos de 1952 y que dejen un grato recuerdo en nuestra memoria.

Al año siguiente, la revista comenzó a remontar vuelo: en ella aparecían un editorial y un trabajo de su pluma, y dos más que rebuscó en los ejemplares de ABC de los años treinta, además de algunas fotos que nos trasladaban a tiempos pasados.


                       Portada del Libro de Feria de 1994, obra de Antonio Linares.

Y así sucesivamente año tras año, invitando a unos y a otros a colaborar en la revista, que yo llamaría «su Revista», hasta coronar su trabajo y su ilusión el año 1994 con la publicación de aquel memorable libro de feria, digno de ocupar la estantería de la más ilustre biblioteca. Lo formaban doscientas treinta y cuatro páginas que contenían cuarenta y cinco artículos de distintos colaboradores, una entrevista, movimiento demográfico y otras curiosidades. Y lo mejor del libro: una foto de SS. MM. los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofia, que dedicaban al Libro de Feria, y otra del presidente del Gobierno, don Felipe González, enviando un saludo y un deseo de paz y felicidad para todo Villamartín.
Quizás no me equivoque al afirmar que en ella aparecieron los mejores trabajos de toda la historia de esta revista. Pepe escribió tres; el último se titulaba Muy Noble y Muy Leal Villa de Villamartín. Y con este artículo cerraba una página gloriosa de su vida, no la única. A los pocos meses falleció.
El total de trabajos publicados por Pepe en el libro de feria ascienden a ciento veintiséis, y los comentarios a pie de página a ciento setenta.


Pepe Bernal acompañado de su esposa Dolores y el párroco don Manuel Jiménez Sutil entre otras personas.

Una vida literaria tan fecunda merecía ser reconocida de forma solemne y pública, y ninguna institución mejor y más acreditada para tal fin que la Real Academia de Ciencias, Artes y Letras San Dionisio de Jerez de la Frontera, que lo nombró Académico Correspondiente el día 19 de enero de 1993, para ingresar el 8 de junio de 1993, valorando así su densa y fecunda ejecutoria intelectual −según expresión del periódico El Guadalete de Jerez de la Frontera.
La noticia se hizo pública en dicho diario jerezano el 10 del mismo mes. En su página siete aparecía un reportaje con una foto en la que se veía a Pepe Bernal leyendo su discurso de ingreso, que versó sobre «Acotaciones de Mataparda» y un encabezamiento que decía:
José Bernal Cisuela fue recibido como académico en San Dionisio. La institución reconoce y valora su densa y fecunda ejecutoria intelectual.
El periodista −Carlos Holgado− se expresaba así:

El cronista oficial de Villamartín, José Bernal Cisuela, fue recibido el pasado martes como académico correspondiente en la Real Academia de San Dionisio de Jerez. En un solemne acto académico al que asistieron numerosas autoridades de la villa natal del nuevo académico y de la sierra gaditana, así como amigos y familiares, el nuevo académico recibió su diploma acreditativo de manos del vicepresidente de la Real Corporación, que reconoce y valora su densa y fecunda ejecutoria intelectual.

Y en otra columna de la misma página, la redacción del diario insertaba una semblanza del nuevo académico. Al solemne acto asistieron, entre otros, el vicepresidente, tesorero y el secretario de la Institución, a quien correspondió la presentación del nuevo académico, así como el alcalde de Villamartín, y el presidente de la Mancomunidad de la Sierra de Cádiz.


Don José Bernal Cisuela leyendo el discurso de entrada en la Real Academia de Ciencias, Artes y Letras San Dionisio de Jerez de la Frontera. El discurso versó sobre «Acotaciones de Mataparda». (Foto cedida por la familia.)

Pepe no pudo disimular aquel día −según comenta Carlos Holgado en el citado periódico− la emoción y satisfacción que le producía su designación como académico: «Este nombramiento −confesaba− significa culminar con broche de oro mis aficiones literarias y culturales». Unas aficiones −continúa el comentarista− que le llevaron como Cronista Oficial de la Villa, no sólo a conocer por todos los rincones la historia, personajes y vivencias de Villamartín, sino a convertirse en su memoria. (C. H.).
Por estas fechas, Pepe ya se hallaba retirado de sus funciones en la administración local. Se había jubilado en noviembre de 1980 para disfrutar junto a su esposa, Dolores Gómez Rodríguez, del merecido descanso. El Ayuntamiento le concedió con tal motivo una placa de plata con la siguiente inscripción:

Por acuerdo corporativo −10 de noviembre de 1980− se concede esta placa al Funcionario Municipal y Cronista Oficial de la Villa, Don José Bernal Ciruela, con motivo de su jubilación (1949-1980), en premio a sus meritorios servicios. Sentir compartido por sus compañeros.


Don José Bernal Cisuela el día de su jubilación como funcionario técnico de la Administración Civil (1980). El Ayuntamiento, por acuerdo corporativo, le concedió una placa de plata. Aquí lo vemos junto a Sebastián Moreno en el Hostal Las Truchas (foto 1), tras el almuerzo que el Ayuntamiento y sus compañeros le ofrecieron como muestra de reconocido afecto y admiración. En la foto 2 es acompañado por su mujer Dolores, Antonio Pérez Vidal, Sebastián Acevedo y Jerónimo García. (Foto cedida por la familia.)

En los días próximos al invierno de aquel año de 1994 se agravó su enfermedad, falleciendo el 27 de octubre, sin poder ver coronada la última de sus ilusiones: colaborar y participar en la celebración del V Centenario de la fundación de Villamartín el año 2003.
Su muerte no podía pasar ignorada sin que, al menos, se tuviese para él algún recuerdo y demostración pública de agradecimiento por su labor cultural. Por este motivo, el Ayuntamiento, a quien tanta ayuda prestó en la confección y publicación del Libro de Feria y otros, se sumó al dolor popular con las siguientes y emotivas palabras que el alcalde, Don Carlos Holgado Morilla, pronunció en el Pleno Municipal celebrado el mismo día del fallecimiento de Pepe Bernal. Así se expresaba:

En la mañana de hoy, 27 de octubre de 1994, ha partido a ese viaje sin retorno, el Cronista Oficial de esta Villa y miembro de la Real Academia de las Ciencias, Artes y Letras de San Dionisio de Jerez de la Frontera, D. José Bernal Cisuela.
Villamartinense comprometido con su pueblo e investigador incansable de la historia del día a día de Villamartín, funcionario municipal, fue corresponsal de numerosos medios de comunicación hablados y escritos, fundador de la revista de Villamartín, coautor del libro Villamartín, Imágenes de un Siglo I. José Bernal ha sido un personaje relevante de Villamartín, precursor de la investigación sobre nuestro pueblo, siendo su tarea seguida por un grupo de jóvenes entusiastas que encontraron en él el apoyo necesario para tan ardua tarea.
Como Alcalde y amigo te envío mi último adiós, evocando para ello las palabras que escribiste en el primer Brillante Literario, como premonición de tu pronta despedida: «Adiós a un otoño triste, nostálgico y melancólico, nos hundimos con aflicción en un crudo y descarnado invierno, desalentador final de un año, para que algunos, quizás el último de su cielo terrenal; escarcha, y frío, aspirando la fresca bocanada de aire, precediendo a ese postrer aliento; linde entre uno y otro mundo, sumergido entre el marasmo de la duda, salto al vacío, hacia el más allá que nos desvelará aquello tan temido ¿Un paraíso? ¿Un infierno? ¿La nada? Nadie quiere el definitivo paso hacia la eternidad en medio del universo infinito que nos aterra por su inmensidad y misterio».
José Bernal Cisuela, descansa en paz.


Gran lector de la prensa, la ventana del Casino Cultural era uno de sus sitios preferidos. Pepe está acompañado por José Lozano Cabeza, Antonio Fernández, Sebastián el del aceite y Miguel Armario Contreras.

Antonio Cruz Lara, un colaborador asiduo de la revista que Pepe Bernal fundó y dirigió durante tantos años, publicaba en dicha revista de 1995 unos sentidos y emotivos versos con motivo del fallecimiento de Pepe. Helos aquí: A don José Bernal Cisuela

Te has ido, como se van / los buenos, dejando una estela / de ilusión y de recuerdos y la / lumbre encendida en el brasero.

Sin hacer caminos tú has hecho / senderos nuevos, buscando la / soledad y la calma del campo viejo.

Cuando pase por Garcilechuga, / en señal de admiración y respeto, / yo guardaré pausa y silencio y / de memoria esparciré mi último / verso, para que otro poeta recoja / su aurora del viento.

Tú en tu horizonte nuevo, y como / corresponsal eterno, cuéntame si / puede del alma sus misterios, / del jardín florido, del cáliz nuevo, / si la cara de Dios es la que yo / he visto en sueños.

Ingrato sería yo, si no te deseara / la paz tranquila y el sueño verdadero.



© del texto, Antonio Mesa Jarén, Pbro.
© de las imágenes, lo mencionado en los pies de foto.
© de la publicación impresa, Hijos ilustres y personas relevantes en la historia de la muy noble y muy leal villa de Villamartín. Ayuntamiento de Villamartín, 1999.
© de la publicación on line «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».

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