En 1934 el mundo intelectual republicano, en su
empeño por hacer llegar la cultura a las aldeas y pueblos más remotos, presenta
en una de las primeras Ferias del Libro, el proyecto de un camión-librería,
especialmente diseñado, para implantar «la cruzada de difundir el libro por los
pueblos de España». Este vehículo pasó por Villamartín en marzo de 1935.
Este fue uno de los dos camiones usados, como vemos
el n.º 1, patrocinado por la Agrupación de Editores Españoles. Se le conocía
popularmente como «el camión que habla». Además de su función de librería,
llevaba instalado un moderno equipo de sonido y proyector de cine. Se planeó
que fuese atendido por licenciados en Filosofía y maestros. (Imagen tomada de la web Agente Provocador).
A la llegada a cada localidad, fuera grande o
pequeña, los responsables del proyecto desplegaban varios expositores a los que
se acercaba el público en general, siendo llevados los niños de las escuelas.
El «potente y moderno» equipo de sonido empezaba a emitir música o a narrar
historias, animado todo ello por un locutor que, micrófono en mano, trataba de
atraer a los pocos amantes de los libros que hubiera en la localidad. Por
supuesto acudían las autoridades locales, que generalmente hacían una primera
donación a la biblioteca del pueblo. (Imagen.
Diputación de Málaga)
En la imagen puede verse en la parte frontal del
camión una pantalla y en la trasera un proyector, que servía para lanzar
películas durante las noches, donadas por el Patronato de Misiones, mientras
que el día se dejaba para la música y la propaganda. Para muchos pueblos que
vivían un tremendo aislamiento, era su primer contacto con estos grandes
avances (Imagen tomada de la web Agente
Provocador).
También el vehículo cargado de cultura llegó a
nuestra provincia; sabemos que a la capital gaditana lo hizo el 11 de marzo de
marzo de 1935 y fue recogido por la prensa como un importante acontecimiento.
En el pie de foto que transcribo, debido a su difícil lectura, nos comenta que
«Está recorriendo algunas provincias españolas un camión de la Agrupación de
Editores Madrileños. Dicho camión se puede convertir fácilmente en librería.
Ved en la fotografía de la parte superior al señor Fernández Flores [Wenceslao
Fernández Flórez, escritor y periodista, autor de El bosque animado]
pronunciando, desde la cabina del camión, unas palabras en elogio del libro. A
la izquierda, el público rodeando el vehículo, en la plaza gaditana de la
Constitución» (Imagen tomada de la web
Agente Provocador).
En este cuadro, elaborado por la revista Andalucía en la Historia para el
artículo de Pedro Rueda «La librería
ambulante-El camión de los editores», se recogen los pueblos gaditanos
visitados, los libros vendidos y una referencia comparativa a la población en
1930, dentro de las fechas del 5 al 22 de marzo de 1935. A través de esas
visitas a 22 localidades se llegó a más del 80% de la población provincial. Si
establecemos una ratio N.º de habitantes / Libros vendidos, se llevaría la
palma la pequeña localidad de Torre Alháquime.
El paso por la comarca de la Sierra se hizo presente
solo en ocho pueblos, como vemos cinco de ellos situados en la futura N-342:
Arcos, Bornos, Villamartín, Algodonales y Olvera, con derivaciones desde esta
última a Setenil, Alcalá del valle y Torre Alháquime. Destaca por la gran venta
Algodonales, aunque si atendemos a su población la mejor ratio la registra
Torre Aháquime. Llama la atención que tres pueblos coincidan en el número de
libros (86), lo que hace pensar en un lote estándar ofrecido por los libreros. Villamartín
queda muy atrás, aunque como veremos después el dato podría estar incompleto. (Gráfico. Elaboración propia con datos de
Andalucía en la Historia)
Rastreando por nuestros archivos municipales y
concretamente en las Actas Capitulares encontramos una referencia al
«camión-stand» en la crónica de la reunión del 22 de marzo de 1935, sesión
presidida por el alcalde-presidente José Ruiz Trujillo (abogado, labrador,
presidente de Asociación Gremial Agrícola y político local del Partido Republicano
Radical por entonces, muy activo desde la década de 1930 a la de 1960), en la
que se acordó aceptar la oferta de la Agrupación de Editores Españoles y
comprar un lote de libros por valor de 300 pesetas. Es posible que esta
adquisición fuese la básica y no entrara en la contabilidad de los 10
ejemplares antes enumerados. Como vemos votó en contra el Sr. Ávila (Cristóbal Ávila
Valero, transportista, posiblemente del partido Acción Popular, abuelo de Cristóbal
Ávila Molina, Liberto, concejal del partido
Comunista en las elecciones municipales de 1979).
El final de los camiones fue trágico, tras pasar por
centenares de pueblo, en 1936 fueron requisados por el Quinto regimiento y
acabaron en la Sierra de Guadarrama para ofrecer lectura a los soldados. Los
combates de la Guerra Civil terminaron por convertirlos en mera chatarra llena
de metralla. (Imagen tomada de Andalucía
en la Historia).
Bibliografía
-«El camión mágico que llevó libros a la España
olvidada». Web Agente
Provocador.
-«La librería ambulante. El camión de los editores.
Pedro Rueda». Andalucía en la Historia. N.º 63, 2019, págs. 56-61.
-Archivos Municipales de Villamartín. Biblioteca
Municipal.
© del texto, Pedro Sánchez Gil.
© de las imágenes, lo referenciado en los pies de
foto.
© de la publicación, «Villamartín.Cádiz Blog de
Pedro Sánchez».
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