Comencemos definiendo «estiaje» y sobre todo el significado que
pretendo darle en este artículo, puntualizando que me refiero exclusivamente a
Villamartín. La palabra estiaje hace referencia, sobre todo, a la disminución
de caudal que sufren los ríos, arroyos, manantiales, embalses… durante el
verano, es decir, cuando faltan las lluvias en nuestras latitudes; pero también
al periodo que dura esa disminución hídrica; en esta segunda acepción es en la
que quiero incidir. Prefiero utilizar la palabra «estiaje» a «sequía» porque el
estudio que quiero mostrar es el relacionado con los meses tradicionalmente
secos en nuestro término: junio, julio, agosto y septiembre; el estío, el
verano. Y prefiero hablar de largos estiajes a prolongadas sequías porque
decir, en Villamartín, «que hemos tenido un verano seco» es un absurdo, ya que
es lo habitual. Además puede darse el aparente contrasentido, como veremos, de
un largo estiaje con un año natural húmedo por haber tenido un
invierno-primavera y/o un otoño lluvioso.
Los estiajes se perciben perfectamente en los climogramas. El aquí
representado se corresponde con las medias de un largo periodo de tiempo
(1919-2019) en lo que a precipitaciones se refiere, por lo que podemos
considerarlo muy representativo. Para las temperaturas, más complicadas de
medir con precisión, son datos que he ido recopilando de diversas fuentes. En
definitiva, vemos esos meses ya señalados, donde las lluvias disminuyen
drásticamente y las temperaturas medias aumentan.
Pero empecemos a tabular datos. En Villamartín somos unos privilegiados
por dispones de mediciones pluviométricos bastantes fiables desde 1919 que se
hizo cargo la familia Rivera de la subestación de la Sevillana de Electricidad
(Casilla de la Luz) y que amablemente me cedieron. Esto hace que en 2019 se
haya completado un siglo de medidas. En estas tablas he buscado las etapas más
vacías, hídricamente hablando; esos veranos secos, pero con el antecedente de
una primavera que puso su fin (en cuanto a precipitaciones se refiere)
demasiado pronto y un otoño que no acababa de traer las esperadas lluvias que produjeran
la siempre esperada otoñada. (Fot.: Imagen
actual de la subestación eléctrica de Endesa, conocida como Casilla de la Luz,
construida hacia 1919. Hasta ella debía haber llegado, para su distribución,
parte de la electricidad producida por la fallida presa de Montejaque. En ella
se instaló una estación meteorológica que proporcionaba los datos a la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir).
No ha sido fácil establecer unos criterios para poder comparar unos
años con otros. Me parecía demasiado drástico buscar esos periodos con 0 mm de
precipitaciones (que los hay) porque encontraba otros más largos con lluvias
aisladas o lloviznas sin trascendencia. Finalmente he concretado atendiendo a
estos criterios:
· Fases superiores a 150 días (5 meses).
· Que la precipitación acumulada entre esas fechas no superara los 30
mm, y como ya he dicho antes que fueran aisladas (por ejemplo una tormenta en
agosto).
· Y sobre todo, buscando un inicio claro del estiaje y un final lo más
preciso posible.
(Fot.: El río Guadalete se convertía en el aliado para los largos
estíos en Villamartín, localizándose en su curso varias zonas de baños. Muchos
nos comentan que el río mantenía un buen caudal en verano como el que vemos en
esta imagen de la pasada de la vereda de Espera. En la imagen se ve el salto de
agua que produce el azud que daba agua a los regadíos del Coto de Bornos.
Imágenes de un Siglo).
Veamos el siguiente cuadro extraído de los datos pluviométricos
registrados en el último siglo. Son 12 años los que han superado los criterios
ya señalados, de ellos, la mitad han superado los seis meses de estiaje.
LARGOS PERIODOS DE ESTIAJE EN VILLAMARTÍN ENTRE 1919
Y 2019
Año natural
|
Días/Meses
|
Periodo
|
Precipitación
|
1923*
|
175 / 5,8
|
28 de abril – 24 de octubre
|
0
|
1937*
|
171 / 5,7
|
13 de abril – 31 de septiembre
|
4,5
|
1848
|
153 / 5,1
|
21 de mayo – 20 de octubre
|
15
|
1954
|
172 / 5,7
|
1 de mayo – 19 de octubre
|
2,2
|
1955*
|
176 / 5,8
|
27 de abril – 19 de octubre
|
5,2
|
1965
|
193 / 6,4**
|
14 de marzo – 24 de septiembre
|
2,2
|
1974*
|
196 / 6,5**
|
30 de junio – 10 de enero de 1975
|
29
|
1983
|
169 / 5,6
|
17 de mayo – 1 de noviembre
|
3
|
1985
|
159 / 5,3
|
27 de mayo -1 de noviembre
|
13
|
1995*
|
270 / 9**
|
13 de febrero – 9 de noviembre
|
21
|
2005*
|
149 / 5
|
13 de mayo – 9 de octubre
|
7
|
2019*
|
208 / 6,9**
|
26 de abril – 19 de noviembre
|
27
|
** Años que superan los seis meses de
estiaje, ordenados de mayor a menor: 1995−2019−1974−1965
Villamartín Cádiz Blog de Pedro Sánchez
|
*1923. Año normal (539 mm) con una buena primavera y un
buen otoño.
*1937. Curiosamente el año natural más lluvioso del último
siglo (1326 mm) con un invierno-primavera tremendo de 847 mm de enero a abril.
*1955. Tras ese largo estiaje vinieron 7 meses lluviosos
que dejaron 838 mm.
*1974. Globalmente seco (342 mm), se pasó todo el otoño
sin llover. De esos 29 mm, 20 corresponden a un día aislado de noviembre,
después de ellos no llovió hasta casi 2 meses después.
*1995. Larguísimo periodo de 9 meses sin precipitaciones,
salvo 3 días a finales de junio sin trascendencia para las cosechas. El año
completo solo dejó 361 mm y estuvo englobado dentro del ciclo seco
1991-1995. Rota la racha seca, dejó en
1996 nada menos que 1301 mm.
*2005. Pobre en precipitaciones, solo dejó 336 mm, de
ellos 100 mm en febrero y casi otro tanto en octubre.
*2019.
Estudiaré este año de forma especial a continuación.
ESTUDIO EN PARTICULAR DEL LARGO ESTIAJE DE 2019
Primero, veamos la situación de 2019 dentro del cómputo de los años
más secos del último siglo; como vemos ocupa el primer puesto, con solo 327 mm.
Y para eso que las fuertes precipitaciones, que por fin llegaron a partir del
día 17 de diciembre, ha mejorado hídricamente su comportamiento. Hasta ese día
sólo acumulaba 244 mm.
El fin de la primavera 2019, pluviométricamente hablando, se produjo
drásticamente el 26 de abril que dejó de llover en Villamartín. Los
pluviómetros del pueblo tuvieron que esperar al 19 de octubre para recoger
entre 12-15 mm. Más complicado es establecer el final del estío; parecía que
esa fecha de octubre sería el momento de iniciar la «otoñá», pero no. Es cierto
que hubo, hasta la fecha que he considerado como límite (19 de noviembre), unos
nueve días con precipitación, pero fueron lloviznas que apenas mojaron las
calles: los «vinagritos otoñales» y las hierbas de las cunetas solo brotaron
tras los 42 mm caídos entre el 20 y 27 de ese mes. (Imagen de los lodos del fondo del embalse de
Bornos al final del otoño de 2019).
La gráfica de agua embalsada por la presa de Bornos nos muestra muy
bien su estiaje, que comienza en la semana 17 (finales de abril) y finaliza en
la 47 hacia el 20 de noviembre. Un dato más que viene a corroborar este
prolongado estiaje de casi siete meses.
¿Serán estos datos de 2019 relativos a Villamartín (el año natural más
seco del último siglo, el temprano final de la primavera y la tardía entrada
del otoño) un dato más de ese cambio climático en el que parece indudable que
estamos sumidos? Aprovechando este siglo de datos pluviométricos que poseo,
estoy preparando un nuevo trabajo para tratar de contrastar esas evidencias.
Bibliografía
· Recopilación de datos pluviométricos (1919-2019) aportados por la
familia Rivera de Villamartín y otras fuentes.
Versión de esta entrada en PDF. Enlace.
© del texto, imágenes, gráficas y cuadros Pedro Sánchez Gil.
© de la publicación «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».
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