domingo, 22 de julio de 2018

Natividad Ramírez, Nati la Fotógrafa


Con la colaboración de Ernesto Pangusión Cigales

Nombre: Natividad Ramírez Ruiz.
Fecha de nacimiento: 27 de diciembre de 1901, en la calle Salineras.
Fecha de fallecimiento: Septiembre de 1976.
Padres: Juan, carpintero y Dolores.
Estado civil: casada.
Hijos/Familiares: Su hija adoptada es la mujer de Francisco Naranjo, el fotógrafo, llamada Antonia Mateos Pérez.
Lugar de nacimiento: Villamartín.
Profesión: Fotógrafa. Creo que nunca se sacó el carnet obligatorio. En su DNI siempre puso el clásico «s/l, sus labores».
Domicilio que tuvo en Villamartín: Calle Llana y en Los Ruedos, actual calle Guadalete.
Fotografía: Se corresponde con la foto del DNI, posiblemente realizada por su hija Antonia o su yerno Naranjo. En esos momentos estaba próxima a cumplir los 69 años (Cedida por su hija Antonia Mateos).

Es una pena que no conservemos el archivo fotográfico de Natividad, él nos hubiera mostrado a varias generaciones de villamartinenses desde la década de 1920 a la de 1970. Su yerno, Francisco Naranjo, me comentaba en una ocasión, que el cajón con los negativos de la abuela (algunos cristales de gran valor) estuvo rodando por la casa hasta que en un traslado se perdió por el camino. No obstante, y gracias al sello que ponía en el reverso de las copias, hemos podido rescatar un pequeño porcentaje de su trabajo artesano. Como introducción a sus fotografías incluimos el artículo publicado en el libro Villamartín. Imágenes de un Siglo III, trabajo conjunto que realizamos Ernesto Pangusión Cigales y yo mismo.

«Es la gran matriarca de la fotografía en Villamartín, pionera en el montaje de estudio y maestra de fotógrafos. Nati, como ella firmaba sus trabajos, hija de Juan (carpintero) y Dolores, nació en la calle Salineras en 1901, pero vivió con sus padres y un tío en la calle Llana, la más industriosa y artesanal de la localidad durante un periodo importante del siglo xx. Allí abrió el primer estudio del pueblo, precisamente en un entorno donde otras mujeres, adelantadas a su tiempo, ejercían labores distintas a las tradicionales del hogar: Amalia Morales Garrido, con su fábrica de hielo y gaseosas, o la entrañable familia de la pensión Santa Isabel, que tanto trasiego humano conoció. Junto a ellas, otros negocios llenaban de vida la calle: la guarnicionería Garrido, la fragua de Luis Cigales, el cine San Francisco —de Curro Delgado, después de Sebastián Peña— o el inolvidable Échate Payá, cuyo nombre hacía justicia a las minúsculas dimensiones del local. Precisamente en la acera de enfrente, junto al nuevo y remozado Échate Payá, estuvo el primer estudio fotográfico que hubo en Villamartín, único durante muchos años.

»Nati se había aficionado a la fotografía con el regalo que recibió de una cámara en los años veinte. Posteriormente, y de forma profesional, usó dos cámaras de fuelle de fabricación inglesa compradas en Sevilla de segunda mano, instaladas sobre trípodes de madera, cuya manipulación tenía para el público ese halo misterioso, casi mágico, tan propio de la primitiva fotografía. El cliente se situaba tras un mueble-cajón parecido a la pantalla de un televisor, frente a unos focos cegadores, mientras ella se tapaba con un paño oscuro para enfocar y dejar lista la instantánea. Finalmente quitaba el tapón del objetivo para hacer el retrato, no sin antes ordenarte perentoriamente que no te movieras. Para cualquiera constituía toda una experiencia verla en acción.

»Tras esa primera época en la calle Llana, se trasladó a la barriada San Sebastián, instalando su nuevo estudio en Los Ruedos, 5 (actual calle Guadalete). Allí vivió con su hija adoptiva Antonia Mateos Pérez y demás familia, pronto continuadores en el oficio, pues su hija regentó el estudio junto a ella, mientras su yerno, Francisco Naranjo, abría otro en Puerto Serrano y hacía reportajes de calle y eventos diversos. También inició en el oficio a su sobrino Ramón Vázquez, tempranamente malogrado.

»Nati fue todo un carácter, muy estricta y seria en su trabajo, en el que se mantuvo activa casi hasta su muerte en septiembre de 1976. El resultado de su actividad podemos considerarlo excelente para los medios de la época y su buen hacer convirtió su estudio en el más frecuentado de la localidad».

Colección de fotografías realizadas por Natividad (Nati la Fotógrafa)

En esta imagen de las hermanas Ana y Lucía García Corrales se aprecia perfectamente el efecto de enmarcado que buscaba Nati, al situar a las personas a retratar tras ese cajón que usaba como complemento en el pequeño estudio fotográfico. Hacia 1955. (Cedida por la familia de Ana y Lucía Corrales).

Natividad coloca adecuadamente a los niños para no dificultar la visión de los mismos; incluso eleva, usando un cajoncito, al joven Diego Pavón Cigales para que quede a la altura de su hermano Sebastián y supere al pequeño Jesús. Antonio completa el retrato de los cuatro hermanos. Obsérvese el uso de un suave lienzo para mejorar el fondo. Estas fotografías de hermanos u otros grupos familiares se convertían en auténticos ornamentos que decoraban los hogares de por vida. Hacia 1954. (Col. Diego Pavón Cigales.)

En algún momento nuestra fotógrafa abandona su famoso «televisor» para conseguir el retrato más natural y clásico, usando focos complementarios para iluminar el fondo y así destacar la oscura melena de la muchacha. Fotografía del 3 de septiembre de 1961 de la joven Juani Sobrino Casalvázquez que nos ha cedido la imagen. Desde que comenzaba la novena a la Virgen de las Montañas —30 de agosto— aumentaban los encargos para los fotógrafos. En esas fechas, próximas a romería y feria, era el mejor momento para retratarse, aprovechando que desde los campos se venía al pueblo y además se solía estrenar ropa y calzado, quedando el momento plasmado en imágenes para decorar, guardar en recordadas latas o enviar a los familiares. (Col. Juani Sobino)

Aunque lo suyo era el estudio, por donde pasaron varias generaciones de villamartinenses, en esta ocasión Nati sale de él para fotografiar una gran tarta de boda elaborada por la confitería Moreno con motivo de alguna boda. Nuevamente observamos que nuestra fotógrafa cuida el fondo para que no aparezcan elementos ajenos a la composición. No creo que llevaran la tarta a su estudio, sino que iría ella a la confitería, llevando o pidiendo una sábana o lienzo. (Col. familia Moreno Romero).

Deben estar llenos de retratos de Nati esos pequeños cofres que fueron, y en muchos casos son, las viejas cajas de membrillo donde las madres y abuelas, como organizadoras de la casa, guardaban las preciadas imágenes de familiares. Buscando entre ellas nos han cedido las de Encarnación García, la Practicanta donde aparece la enfermera de los hermanos Mozo con su toque de color en los labios. En la otra imagen, Manuel Barrera Ramírez, padre de la colabora de este blog María de los Ángeles Barrera, se observan retoques para realzar la solapa de la chaqueta, las rayas de la corbata, labios y pelo. (Cedidas por familiares).

Agradecimientos. Al nieto de Nati, Moy Naranjo, y a las personas que han cedido las fotografías.

Bibliografía. Villamartín. Imágenes de un Siglo III. Ayuntamiento de Villamartín. 2016.

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© del artículo de Imágenes de un siglo y su texto, Ernesto Pangusión y Pedro Sánchez.
© de las imágenes, lo citado en la publicación.
© de la publicación «Villamartín.Cádiz Blog de PedroSánchez».

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