Si hiciéramos una encuesta en Villamartín sobre los puentes más
importantes, queridos o añorados cercanos a la localidad, con seguridad el de
los Siete Ojos quedaría segundo tras el de los Hierros. Quizá por salvar el
cauce de un afluente (el Sarracín) del río principal (el Guadalete), sea más
complicado encontrar documentación relativa a él y sobre todo fotografías, por
lo que he tenido que recurrir a imágenes recientes para poder ilustrar esta
entrada.
La primera sorpresa que se lleva uno cuando se visita de cerca y se
analiza su estructura, es que no hay un puente, sino dos, eso sí, pareados, con
los mismos arcos, la misma luz en cada uno de ellos, aunque con materiales
distintos en la construcción (Fot. Juan José Oñate).
El puente de los Siete Ojos se hizo necesario para poder cruzar el río
Sarracín (1), importante afluente del Guadalete, también conocido como el río
Chico o alguno de sus brazos como el río del Palo. Su primer y más conocido
afluente es el arroyo del Judío, que desemboca a las puertas de Villamartín.
Después vienen otros arroyos como el del Francés, el de la Zorra y el de Talancón; perdiendo su nombre y
convirtiéndose en el arroyo de Comares, de ahí que a veces se confundan en
algunos documentos. A su vez al Comares se le unen numerosos arroyos ya en la
zona de preparque y parque Natural Sierra de Grazalema, convirtiéndose en su
principal aporte y llegando los torrentes más altos hasta sierra Margarita.
Una vez tenemos el río a rebasar necesitamos el camino o carretera que
debe cruzarlo. Los mapas más antiguos señalan al camino de herradura de
Algodonales como el que cruzaba el Sarracín más o menos por esta la zona donde
sería construido el puente, aunque en principio se pasaría por un vado. Cuando
ya la vía se convierte en carretera pasa a tener diversas denominaciones,
mayoritariamente con origen en Jerez de la Frontera y finalización en diversos
puntos: Ardales, Ronda, Cartagena (N-342), Antequera, incluso por aquí debía
cruzar la conexión Villamartín-Utrera.
En 1864 aparece el libro titulado de forma resumida Carretera de primer orden Jerez-Ardales.
Sección Villamartín-Ronda (2), que analiza en profundidad las posibles
soluciones a este trazado. Una de ellas no cruzaría el Sarracín (al ir por
Grazalema), la otra (la del mapa) lo cruzaría cerca de Villamartín, es decir
donde se acabó haciendo el puente de los Siete Ojos.
Hay varias referencias al puente de los Siete Ojos en el libro Inventario histórico de los puentes de
Andalucía (3), pero ninguna de ellas llega a concretar una fecha de
construcción. Sabemos que el tramo Jerez-Villamartín estaba concluido hacia
1865 y que el trayecto Villamartín-Ronda tiene que esperar hasta 1910-11 según
las fuentes. Al puente, al catalogarlo, lo incluye entre los del siglo XIX, por
lo tanto debemos situarnos en las últimas décadas de ese siglo como la fecha
más probable de terminación. Este croquis es la única posibilidad de verle los
«siete ojos» al puente ya que no he localizado ninguna imagen antigua y actualmente
es imposible sacarlo completo por la presión de la vegetación. En el croquis se
observan las tres bóvedas centrales de cañón de ladrillo y las dos laterales que
completan las siete arcadas hasta formar una calzada de 88 m.
Imágenes actuales (abril de 2018)
Ante la falta de imágenes antiguas que nos permitieran ver el puente
en otros momentos de su historia decidí hacerle una visita para poder ilustrar
algunos de sus elementos, así como su estado. Hasta la zona se llega bien en
coche por la actual carretera. Poco antes, encontramos un desvío a la derecha,
bajamos, cruzamos bajo el nuevo puente y al incorporarnos nos encontramos con
la carretera antigua donde podemos aparcar. Como vemos en la imagen la
desolación es total. La doble barandilla ha sido desvalijada quedando algunos
elementos de muestra, por lo que el tablero del puente, de 10-11 m de ancho
esta desprotegido. Decido bajar buscar una buena perspectiva para verle los
«siete ojos»…
…pero resulta imposible. Metiéndome entre las zarzas logro ver una de
las tres bóvedas centrales de cañón, las más interesantes, porque son las que
disponen de tajamares cilíndricos entre una y otra a modo de espolón del puente
con la finalidad de romper la fuerza de las aguas y proteger los pilares. Como vemos el tajamar está protegido por un sombrerete cónico.
Cruzo todo el puente y bajo intentando ampliar arcadas. Lo más que
consigo son tres: una de las centrales y dos laterales separadas por un
contrafuerte sobre el que crece un árbol. Vemos la embocadura de sillería que
forma y protege la bóveda de cada arco. El último de ellos llegó a estar
cerrado a modo de cuadra para animales y posiblemente un pequeño espacio
reservado para algún inquilino humano.
Cruzamos la calzada, bajamos al otro lado y para mi sorpresa me
encuentro un puente distinto. La cubierta o fábrica de mampuestos de sillería hexagonales
tan bonitos del otro lado han desaparecido. A este lado solo hay un feo puente oscuro
de hormigón sin ningún elemento añadido como ocurre en la otra cara.
Me acerco a una de las arcadas y encuentro la respuesta: ¡son dos
puentes!, uno del siglo XIX donde se observa la bóveda de ladrillo y la piedra
labrada o sillar que forma el muro bajo de sillería y otro del siglo XX de
hormigón. No he podido localizar la fecha de esta ampliación, realizada, sin
duda, para doblar la anchura de la calzada, pero pienso que pudo hacerse en
alguna de las reformas de la carretera de la década de 1950 o incluso 1960.
Desde un banco de arena logro acercarme al río Sarracín que como vemos
concentra su corriente a través de uno de los arcos centrales.
Con la construcción de la amplia circunvalación a Villamartín de la
A-384 se construye en 1993 un nuevo y «estilizado puente sobre el río Sarracín
que sustituye al vetusto de los Siete Ojos por el que discurría la nacional 342
Jerez-Cartagena» que escribiría Pepe Bernal como pie de foto de esta imagen.
(Fot. Libro de Feria de 1993).
Y así fue. Cuando la nueva carretera quedó abierta al tráfico dejó a un
lado el viejo puente, ya por entonces centenario. Uno nuevo, sin «ojos», apenas
un tablón prefabricado sujeto por un grupo de pilastras sin gracia ninguna, de
estos que pasas por encima y no te das cuenta que estás cruzando un puente.
Pero recuerdo perfectamente que el viejo puente de los Siete Ojos resucitó del
declive en el que entran las construcciones que se abandonan y no se cuidan.
Algo le pasó al nuevo nada más estrenarlo y tuvo que ser cerrado durante un
tiempo. Pero allí estaba el viejo, firme aún, solo hubo que pintarle las juveniles
líneas amarillas de obra y otra vez a cumplir con su cometido como lo había hecho
siempre, sin problemas, defendiéndose con gallardía de la embestidas del río
Chico.
El futuro
Si resulta complejo buscarle un futuro digno al de los Hierros, todo
un mito, qué podemos pensar de este humilde paso ya innecesario. ¿Se podría
hacer una vereda que conectase con él la última rotonda del pueblo como otro
lugar más de paseo? No parece fácil, pero ahí queda la idea. Aparte de limpiar
de vegetación «sus potentes cornisas de coronación» y ponerle una nueva barandilla,
el puente no necesita más.
(1). Sarracín, Serracín, Serrecín, Cerrecín, Zerracín… son muy
diversos los sinónimos para nuestro río. Siguiendo las recomendaciones de Pérez
Regordán, usaré Sarracín, derivado de sarraceno.
(2) Continuación de los apuntes
para escribir una memoria sobre el mejor trazado que deba darse a la carretera
de primer orden de Jerez a Hardales [Ardales] en su sección de Villamartín a
Ronda. 1864.
(3) Inventario histórico de los
Puentes de Andalucía. Provincia de Cádiz. Consejería de Obras Públicas y Transportes.
Junta de Andalucía. 1988.
© del texto, Pedro Sánchez.
© de las imágenes, lo señalado en cada una de ellas. Actuales: Pedro
Sánchez.
© de la publicación «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».
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