Era
indispensable que en mi blog y dentro del apartado «Biografías» figurara el único (hasta el momento) parlamentario
andaluz que ha dado Villamartín. Tras leerla con detenimiento, pienso que es
válida como tal, la conferencia que pronuncié un 18 de diciembre de 1999 con
motivo del homenaje ofrecido en su honor en el salón de actos de los
Sindicatos.
»Encuadraremos
a nuestro homenajeado coincidiendo casi plenamente con la segunda parte del
siglo XX. Nace en Villamartín en 1952, un 23 de enero, pero pronto se traslada
a Puerto Serrano, donde su padre estaba destinado como guardia civil; allí pasa
su infancia y parte de su niñez, porque un nuevo traslado de cuartel lleva a la
familia hasta Arcos, lugar donde comienza sus estudios que completa en Jerez,
en el Colegio Mayor. No obstante, el hecho de permanecer sus abuelos en
Villamartín, hace que en ningún momento pierda la relación con su pueblo, al
que regresa cuando tiene 17 años. Acaba la carrera de Magisterio en Sevilla; se
casa con Montaña Holgado y poco a poco van llegando los hijos: Raquel, Manolo y
Pedro. El destino le lleva otra vez a Arcos, ahora como maestro, para volver a
Villamartín, saltar hasta la isla de Hierro y regresar a su localidad natal, ya
como propietario definitivo, al Colegio Público Elio Antonio de Nebrija; se
incorporar en 1980 al Colegio Torrevieja, donde ejerce durante 7 cursos hasta
que pasa a ocupar la plaza de informática en el Centro de Profesores.
Paralelamente entra en política en la década de 1980, afiliándose al Partido
Socialista Obrero Español en 1982, desde el que participa activamente:
- En la
política local como concejal delegado de Hacienda, Interior, Agricultura y
Medio Ambiente (1983-1999); en la agrupación local como secretario de Organización,
de Formación, vicesecretario general… y en diversos cargos de importancia dentro
de la ejecutiva provincial.
- En la
comarcal como Presidente de la Mancomunidad desde 1991 a 1994 (1).
- Y
finalmente en la autonómica como diputado del Parlamento Andaluz en las
legislaturas de 1990 a 1999. Entre 1994 y 1996, fue secretario de la Comisión
de Economía, Industria y Energía.
Manolo
fallece en abril de 1999 (2), recibiendo unos meses después un gran homenaje in memoriam de sus compañeros de partido
(3) y ya en las Jornadas Fundacionales de 2000, siendo alcalde José Antonio
González Pavón, del Ayuntamiento y de su pueblo (4).
Personalmente
conozco a Manolo en 1980, tras su llegada desde las Canarias. Junto a otros
compañeros y compañeras, emprendemos la ardua tarea de poner en funcionamiento
un colegio de E.G.B. (Torrevieja, su escuela), recién construido y con
tremendos problemas de infraestructura y material. Son años que vivimos
intensamente desde el punto de vista profesional con muchas novedades
educativas y organizativas en las escuelas, que no podían perderse el convoy de
la democracia. Estos vitales procesos para la educación dan un paso más con la
formación de los primeros equipos directivos electos, del que ambos, junto a
nuestro común amigo Manolo García formamos parte. Fue la etapa en la que más
coincidimos, y también, por qué no decirlo, en la que más discrepamos; en ella
se fraguó nuestra amistad. (Fot.: Con su alumnado del colegio Nebrija, junto María
Victoria Holgado Orozco y Sebastián Acevedo Pavón. Col. José Palma Gutiérrez).
Aparte de su faceta como maestro y director, que cesa en
la práctica con su incorporación al Centro de Profesores, al aula de
informática (otra de sus grandes aficiones y auténtico precursor y entendido
del tema) yo quisiera destacar de Manolo Barrera su faceta como historiador,
investigador y escritor, haciendo alguna referencia a sus múltiples trabajos,
algunos publicados, otros inacabados y posiblemente muchos ya irrecuperables
porque sólo figuraban en su mente. Hagámoslo cronológicamente para una mejor
comprensión:
Es en 1979
cuando realiza su debut como escritor en la faceta de articulista. Su primera
colaboración la publica en nuestro Libro de Feria y ya se nota su interés por
los temas políticos porque nos presenta un interesante estudio recopilatorio
sobre «Las elecciones en Villamartín», donde recoge e interpreta los resultados
de las Elecciones Generales del 77, del 79 y las Municipales de ese mismo año.
Leamos los primeros párrafos de esta crónica. «En esta red de siglas y
cifras que durante dos años ha atrapado a los pueblos, vamos a intentar abrir
camino, hilar el ovillo que nos corresponde. Dejada atrás la larga noche de la
dictadura, centenares de grupos y partidos, como un arco iris, cegaron nuestros
ojos».
Estamos en
los momentos del renacer nacionalista y autonómico. La palabra ¡Andalucía! es
repetida, reivindicada, y aireada con orgullo en muchos de los artículos de
este año. Manolo también se recrea en ella y lo hace con unos versos, su título
no podía ser otro: ¡ANDALUCÍA!
¡Andalucía!
No eres el vino, la guitarra y el cante. / Eres más, eres el toro. / ¡Lucha! En
el redondel de la patria, / tu eres la más grade.
Pero es en
1980 cuando se estrena como investigador e historiador. Hasta tres ensayos
aparecen publicados, dos firmados con su nombre y otro más bajo el seudónimo de
BABER. El primero «Fundación»,
es una recreación dialogada y altamente didáctica sobre cómo pudo gestarse y
producirse el asentamiento de Villamartín como poblado. Sigue el mismo tema
presente en el «Común de vecinos»,
institución que englobaba a los copropietarios del Campo de Matrera. Por último
una referencia a «Villamartín y el
bandolerismo», interesante investigación sobre este hecho histórico y el
papel que juega nuestra villa en él, como puerta de la Sierra y lugar de paso.
En 1981, de
forma sencilla, intuyéndose perfectamente la finalidad escolar del escrito, cuenta
cómo se va formando el primer asentamiento villamartinense, su título «Población».
Seguramente en plena investigación, encuentra y le llama poderosamente la
atención un manuscrito del siglo XVIII del que transcribe dos relatos «La
cueva» y «Sabora». También publica este año en el Noticiario Pradense un
escrito sobre los pleitos entre Villamartín y Prado del Rey titulado «Sutiles
epítetos, algún que otro razonamiento y una luz sobre la historia».
Al año
siguiente (1982) nos da una visión sobre los «Aspectos de Villamartín a
principios del siglo XIX», una profundización sobre el conocidísimo lugar de
nuestra localidad «Torrevieja» y un breve «Comentario a la Semana Fundacional»,
que desde entonces y hasta hoy ha dado lugar a las Jornadas Fundacionales o
momento cultural del pueblo en torno a sus historia y de las que Manolo fue
creador e impulsor. Ese año participa como conferenciante junto a Pepe Bernal y
Pérez Regordán.
Pero sin
duda llega este año uno de los momentos cumbres en las publicaciones de Manolo.
Ve cumplida una de sus grandes ilusiones y es la de divulgar la «Escritura de
Carta Puebla entre la ciudad de Sevilla y la villa de Villamartín», con una
magnífica introducción suya. Esta copia, autentificada e inédita, de la
escritura original es encontrada casualmente por Antonio Pérez Vidal, nuestro
primer alcalde de la democracia.
En 1983 el
tema es histórico-urbano: «Historia de Villamartín a través de sus calles»,
extraído de su por entonces incipiente callejero, estudio que por su
importancia merece mención aparte.
El siguiente
septiembre es más prolífero en nuevas reseñas, en su ya fértil colección de
documentos; hasta tres encontramos, dos en nuestra revista de feria:
«Villamartín en el siglo XVII»,
época de una localidad decadente y económicamente hundida, y «Villamartín en su
séptimo centenario», haciendo alusión a 1280, primera referencia histórica en
la que aparece este nombre [años después se sabría que donde se creyó leer
Villamartín, decía Villamarta].
Sus
periódicas publicaciones cesan bruscamente en 1985, con un artículo extraído de
su ya mencionado Callejero: «Dos rincones de Villamartín: la Plaza y la
calle del Santo». La única explicación que encuentro a este tajante parón es su
cada vez mayor implicación en la política, primero en la local y después en la
comarcal y autonómica. No obstante, conocemos su inquietud investigadora en
esta época, con mil y una cosas empezadas, y su apoyo y colaboración siempre
desprendida a otras iniciativas. Así es citado por Juan Antonio del Río en su
libro «Cuentos populares de animales de la Sierra de Cádiz», en el que destaca
a Manolo como recopilador de unas cien versiones de cuentos de la zona, alguno
de los cuales aparece en el citado volumen publicado por la Diputación de
Cádiz. También sabemos que había comenzado un estudio sobre el reparto de tierras
del Campo de Matrera, tema posteriormente tratado en importantes tesis
doctorales y que lo utilizaron como fuente.
Estas y
otras contribuciones, como la que tuvo con Alberto Sanz Téllez, autor de
«Historia de Villamartín», nos confirman un Manolo Barrera tremendamente
desprendido que cedía con suma facilidad sus indagaciones.
Para resumir,
yo diría que dos son los temas que ocupan e inquietan a nuestro personaje en su
afán investigador: uno la fundación de Villamartín, otro el
histórico-urbanístico, siempre unidos o presididos por el enfoque social y
obrero: reparto de tierras, clases sociales, las calles de los ricos, las de
los pobres, etc.
Sus escritos
de carácter político, social, ideológico, crítico y también humano aparecen
fundamentalmente en el semanario El Brillante, editado por su partido. De él
destacaríamos «Villamartín y sus potencialidades», análisis de carácter
político sobre las grandes posibilidades que él vislumbraba para esta localidad
y su entorno serrano. Hay otros muchos artículos de política interna de partido
que firmaba con el seudónimo Juan Villamartín.
Y no
olvidemos su importante contribución en Villamartín.
Imágenes de un Siglo I, realizando con maestría los pies de foto de las
calles que en este libro de fotografías aparecen; obra que tuve el honor de
compartir como autor con él, con Antonio Linares y con el recordado y añorado
Pepe Bernal.
Dejo para el
final, por considerarla su obra cumbre «Las calles de Villamartín», más
conocido entre nosotros por «El callejero de Manolo Barrera», fruto de
tres años de búsqueda en los archivos municipales. Es, sin duda, un
interesantísimo estudio, elaborado en forma de diccionario, de cada una de las
calles de nuestro pueblo, las actuales y aquellas de las que hay cualquier
referencia; en él va desgranando cada uno de sus nombres, contándonos su
nacimiento, su evolución, su recorrido y en muchos casos su desaparición. Así
nos lo describe en la introducción:
«... veo la
evolución del pueblo como la de un ser vivo. Una lucha constante entre la
acción y la reacción, entre el progreso y el decaimiento, siendo la imagen de
la villa el resultado de este proceso. Las calles nacen, crecen, se reproducen
y mueren...»
A Manolo le
faltó tiempo para concluir tanto proyecto acometido. En una de mis últimas
conversaciones con él, me habló de su deseo de volver a la escuela que dejó aparcada
a finales de los 80, de disponer de más tiempo para poder escribir, completar
sus colecciones y ordenar su amplio archivo fotográfico (otro de los puntos que
nos unía, y nos une). No obstante la muestra que les he presentado nos habla
por si sola de la calidad de este hombre como investigador, historiador y
escritor. Manolo Barrera ocupa un puesto a caballo entre veteranos y
acreditados articulistas como José Bernal Cisuela o Antonio Mesa Jarén e
historiadores actuales como Ernesto Pangusión o Fernando Romero, precursores
los primeros y animadores estos últimos de un Villamartín colmado de
publicaciones y cultura que nuestros alcaldes y concejales de la democracia han
sabido estimular y difundir. Manolo, nos consta a todos, disfrutaba con ello.
Finalizo con
las palabras de Letheo, en el homenaje que dedica a su figura en la revista
VILLAMARTÍN de este último septiembre: «... nos ha dejado un hombre
excelentísimo, por su título y naturaleza, sencillo en su grandeza, accesible,
considerado poseedor de algunos preciados talentos, político por naturaleza, en
la mejor acepción del término, un hombre totalmente entregado a su IDEA, que
hizo bandera de la misma, que buscó la verdad ante todo, que procuró el bien
para su pueblo, que disfrutaba entre nosotros,...».
(1). El 21
de Septiembre Manuel Barrera Bernal es elegido presidente de la Mancomunidad de
Municipios de la Sierra de Cádiz (José
Bernal. Mancomunidad de Municipios. Libro de Feria de 1992).
(2). El 29
de abril falleció en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla Manuel Barrera
Bernal, cuando contaba con 47 años de edad. El sepelio, al que acudieron gran
número de personalidades políticas (el presidente de la Junta de Andalucía
Manuel Chaves González, el presidente del Parlamento Andaluz Javier Torres Vela,
José Caballos, Luis Pizarro, Carmen Romero, el delegado provincial de gobernación
Francisco Menacho, la delegada provincial de Cultura Pepa Caro, el presidente
de la Mancomunidad de Municipios de la Sierra de Cádiz Juan Nieto…, entre
otros), tuvo lugar en la mañana del 1 de mayo. El Ayuntamiento de Villamartín
decretó tres días de luto oficial (Villamartín Noticias. Año II, nº 42,
7-5-1999:1,7).
(3). El 18
de diciembre de 1999, en el Salón del Sindicato, tuvo lugar un acto In Memoriam de Manuel Barrera Bernal, al
que asistieron el presidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves, que
entregó un pergamino conmemorativo a su viuda Montaña Holgado, la consejera de
Gobernación Carmen Hermosín y numerosos diputados del Parlamento Andaluz y en
el que intervinieron Pedro Sánchez Gil, que hizo su semblanza, y su hija
Raquel, que en sentidas palabras recordó la personalidad humana de su padre (Efemérides. Manuel Vidal Jiménez).
(4). El 31
de marzo, en el salón de actos del Sindicato, se celebró el homenaje a personas
e instituciones de Villamartín, dedicado al desaparecido Manuel Barrera Bernal,
a la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui Viento de Paz, a Asparei y al
Hospital Virgen de las Montañas (Villamartín
Información, n.º 101, del 31 de marzo al 13 de abril del 2000:7 / La Voz de
Villamartín, Año III, n.º 59, 6-4-2000:16).
Bibliografía:
-Datos
aportados por la familia de Manuel Barrera.
-Libros de
Feria de varias fechas.
-Efemérides
sobre Villamartín de Manuel Vidal Jiménez.
-Villamartín
Información y La Voz de Villamartín
Álbum fotográfico
Incorporo
algunas imágenes usadas en la proyección del 28 de marzo de 2000. He mantenido
la diapositiva completa por aportar información a modo de pie de foto.
Agrupadas se
pueden ver en un vídeo en este enlace, con la voz de Manolo procedente de una
entrevista realizada en la emisora de radio Onda Escolar: «Vídeo de Youtube».
Versión de esta entrada en PDF. Enlace.
© del texto,
Pedro Sánchez Gil, salvo entrecomillados y referenciados.
© de las
imágenes, familia de Manuel Barrera, salvo las señaladas.
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