miércoles, 27 de diciembre de 2017

Un grupo escolar. El Noticiero de la Sierra

En julio de 1916 se produjo un acto en Villamartín con el fin de impulsar la construcción de un grupo escolar de 1.ª enseñanza, muy necesario en la localidad. Al mismo acudió invitado el director de El Noticiero de la Sierra, Ángel Romero Ruescas, quien narró con todo lujo de detalles dicho acto en el periódico del 30 de julio. Una auténtica crónica social de la época en la que se describe el progreso de Villamartín, las condiciones de sus escuelas, el trabajo de los maestros locales y las tendencias pedagógicas del momento, finalizando con una corrida de toros. A pesar de su longitud, que he transcrito para facilitar la lectura, no tiene desperdicio alguno. Además encontramos una breve descripción del teatro de la época. Aunque en el artículo no aparecen imágenes, Pedro Sánchez ha realizado una selección de fotografías de la época de los libros de Imágenes de un Siglo, al que hemos añadido la del director del Semanario pradense.
Juan Jesús Portillo Ramos



«Cuando empezaba Febo, desde sus balcones de oriente a esparcir las doradas hebras de su luz, el auto corría vertiginosamente por entre las dos hermosas hileras de Eucaliptos que a ambos lados de la carretera de Villamartín, gritan al viajero anunciándole la fecundidad de su suelo y la grandeza de su población.

»Una alta chimenea, símbolo de la industria y del progreso, con interminable columna de humo, decía a nuestros ojos: Villamartín empieza a dejar de ser un pueblo rústico, aquí donde sólo se oyó el esquilón del ganado, el balar de la oveja y la canción del gañán tras de sus yuntas y bueyes, ya se percibe el eco de la bocina del automóvil, supremo adelanto que acorta las distancias; el engranaje de mecánicas ruedas de fábricas industriales que elaboran productos útiles, necesarios y primordiales para la vida del hombre.
»Llegamos a Villamartín y vimos sus calles amplias, bien arregladas, sus casitas blancas, su hermoso paseo público y su excelente plaza constitucional perfectamente reparada y con un magnífico alumbrado eléctrico en la principal de sus calles, potentes focos de 200 bujías le dan el aspecto de capital. Y todo esto es debido al generoso y plausible proceder de su primera autoridad, de su entusiasta Alcalde que no desperdicia medio y ocasión de embellecer a la población y prodigar todos sus cuidados y atenciones, aunque espíritus egoístas pretendan desvirtuar la labor fecunda y encomiástica del Sr. Pangusión.

»No cerraremos este prefacio, sin antes tributar también unas frases para otro hijo de Villamartín, entusiasta, patriota, filántropo, intrépido e inteligentísimo industrial a D. Francisco Romero Morales. Al iniciarse una idea que sea para el bien común de Villamartín, le veréis formar cabeza, con su voluntad, con su dinero y con su consejo. Él ha cedido 2000 bujías de alumbrado diario gratuitamente a Villamartín, debido a indicaciones y gestiones de D. Matías Pangusión, laborioso Alcalde que sólo por y en bien de la administración municipal de Villamartín trabaja. Él ha cedido el solar para la construcción de UN GRUPO ESCOLAR, de lo que será el símbolo de la grandeza de Villamartín, de donde saldrá el grito de la ciencia, de su poderío y riqueza, en lo porvenir y una cantidad respetable de dinero que ponen su nombre en el solio que le pertenece.
»Invitados por un muy querido amigo nuestro a pasar los días de fiesta de la Patrona y por el Sr. Presidente de la Junta Local a la continuación de la sesión que dicha Junta, en unión del Sr. Inspector de 1ª enseñanza de la provincia, dejaran aplazada el 11 del pasado mes, sobre la idea de crear un grupo escolar, con el mayor gusto asistimos a todos los actos oficiales, de cuyas inmerecidas atenciones hacemos público testimonio de gratitud.
ACTO RELIGIOSO
»Asisten al acto religioso el Ayuntamiento, Sr. Inspector de 1ª enseñanza, fuerza de la Guardia Civil de gala, invitados, etc.

EL SERMÓN
»Estuvo a cargo de D. Francisco Núñez, cura párroco de Villamartín. Con elocuente y fácil palabra este sacerdote habló próximamente una hora de la patrona Sta. Ana; en párrafos brillantísimos analizó la palabra civilización aplicada a los pueblos y naciones; expresó un alto concepto de la instrucción del niño y con filosófica elocuencia elevó su pensamiento a biografiar a la Santa, a describir la tendencia del corazón humano; el bien y el mal que puede producir según la acertada o errónea dirección que se le dé. Puso como ejemplo el escalofrío universal que sentimos por la gran hecatombe que tan perturbada trae la vida de las naciones, y llamando a las puertas del corazón de las madres, terminó indicando lo grande y trascendental que era la instrucción y educación del hombre.
LUNCH
»Terminado el acto religioso, el Sr. Alcalde D. Matías Pangusión dio un lunch en el Ayuntamiento a los invitados, asistiendo el Ilmo. Sr. D. Jerónimo Armario, canónigo de Sevilla; D. Julio Guzmán, Arcipreste de Arcos; D. Francisco Muñoz, Cura Párroco; D. Ruperto Escobar, Inspector de la 1ª enseñanza; Sta. D.ª Joaquina del Campo Augueira, inspectora de la provincia; D. Francisco Romero Morales, propietario y Abogado; D. Francisco Romero Martel, Presbítero; D. Juan Bautista Jarén, Maestro; D. Antonio Sánchez Santos, Habilitado de los Maestros; D. Juan Santomayor, Maestro nacional de Grazalema; D. J. Antonio Domínguez, Concejal; D. Francisco López, Coadjutor; D. Antonio Pangusión, Cura de Espera; D. José Íñigo, Concejal; D. Manuel Vidal, Concejal; D. Juan de los Ríos, Secretario de Ayuntamiento; D. Ricardo López, Médico titular; D. Jacinto Álvarez, Médico; D. Juan Ramos, D. Antonio Íñigo; Sta. Rita Hernández, Maestra Nacional; D. Teodoro Saavedra, director de El Heraldo de Cádiz y Maestro Nacional; D. Manuel Macías, empleado; D. José Romero Martel, Banquero; D. José Íñigo Mateo, D.ª María del Carmen Pizorno, Vda. de Hernández; D. Juan de Troya, propietario; D. Juan Tinajero, D. Fernando Romero Martel, D. Luís Ruiz Trujillo, D. Manuel Jiménez, D. Bartolomé Cervantes, D. Francisco Romero Jiménez Pajarero, D. Francisco Gil Álvarez, D. Fermín Carrillo de Albornoz, D. Pedro Sánchez Orellana y algunas otras personas cuyos nombres no recordamos, pidiendo mil perdones por las omisiones que pudieran resultar involuntariamente.

»Terminado el acto la Junta Local y demás acompañamiento se trasladó al TEATRO. Este hallábase poéticamente adornado con macetas y flores y elegantes alfombras. El local estaba casi lleno de lo más distinguido y selecto de Villamartín, pudiendo ver entre otras numerosas personas a D.ª Jerónima de Jarava, Vda. de Frutoso; D.ª María Pacheco, D.ª Isabel Peña, D.ª Carmen Gutiérrez, D.ª Brígida Girón, D.ª Luisa Trujillo y D.ª Nieves González y las bellas y encantadoras Stas. Práxedes Mesa Romero, Fabiana y Mª Luisa Íñigo, Ana Núñez, Isabel Muñoz, Isabel Regordán, Amalia y Leonor Jareño, sintiendo no saber los nombres de otras muchas.
»Empieza el acto. Ocupa la presidencia D. Ruperto Escobar, Inspector Jefe provincial de 1ª enseñanza que ostenta la representación del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia hallándose la Junta Local, el Sr. Canónigo D. Jerónimo Armario, D. julio Guzmán, Arcipreste; la Sta. Inspectora, D.ª Joaquina del Campo y una comisión de jóvenes entusiastas por la construcción del grupo escolar, dirigida por el ilustrado Maestro Nacional D. Ildefonso Jiménez.
»Como representantes de la prensa ocupaban sus respectivos sitios, D. Teodoro Saavedra, Director de El Heraldo de Cádiz y meritísimo Maestro Nacional de aquellas escuelas y D. Ángel Romero Ruescas, Director de El Noticiero de la Sierra.
»El local estaba ocupado totalmente por el público que ha visto con entusiasmo la idea explanada por la Junta Local de 1ª enseñanza y el Inspector, en la sesión del 11 de junio último.
»Al hacer uso de la palabra D. Ruperto Escobar, una salva de aplausos acoge su presencia.

»Saluda cariñosa y cortésmente a la concurrencia y con su voz cálida y acento dulce explica el objeto que tiene aquella reunión. Manifiesta que en la sesión última que celebró en el mes de junio la Junta Local, cuando vino a girar visita en las Escuelas de Villamartín, vio con gran pena el estado de los locales escuelas, donde concurrían los numerosos niños que formarían la sociedad del mañana; locales que no reunían condiciones higiénicas ni pedagógicas, que era un grave daño el que se estaba cometiendo al consentir que allí estuvieran encerrados profesores y niños, que Villamartín debía levantar un grupo escolar, etc. La Junta acogió con agrado estas manifestaciones y prometió convocar a la opinión pública, a las fuerzas vivas de la localidad para que en suscripción, abierta al efecto, contribuyeran el rico y el pobre, el sabio y el ignorante; todos en general y Villamartín tuviera escuelas debidas a la voluntad popular de sus buenos hijos.

»Así se hizo, aplazando aquella sesión, que se reanuda en este momento, al que han dado publicidad y contribuido con sus propagandas estos entusiastas jóvenes y explicado el objeto y fin de la misma, concede la palabra al Sr. Carredano. »Este joven, futuro Abogado, con energía y la emoción propia del acto grande que se celebra, saluda a las autoridades, a las Sras., Stas. y a sus paisanos, haciendo presentación de los oradores que habían de tomar parte en las conferencias de pedagogía social, anunciados en sus invitaciones, y representados de la prensa (omitiendo el de nuestra humilde publicación). Después de encomiar las palabras del Sr. Inspector, de aquilatar el valor que tiene la obra de la educación infantil, tributa un saludo efusivo, cariñoso, como nacido de un alma hirviente de amor a la mujer.

»Trata en su discurso de las distintas evoluciones y periodos porque este ha pasado para llegar a la dignificación social que hoy disfruta: habló del periodo Romano, de la esclavitud, que era objeto hasta que el cristianismo la redimió, considerándola como compañera y entidad social y no como instrumento de torpes ambiciones y como esclava y sierva. (Fue muy aplaudido.)

»Se le concede la palabra al Señor Saavedra, Director de El Heraldo de Cádiz; saluda cortés y firmemente a las autoridades y espectadores, y con la tranquilidad del gran orador, del que posee a fondo la idea que ha de desarrollar, habla el Sr. Saavedra de la Escuela Graduada. Hace el Sr. Saavedra verdadera apología de lo que son las escuelas unitarias españolas, la decepción que reciben los extranjeros al saber en la forma que en tales Escuelas se desenvuelve la educación e instrucción del niño, y dice que todos los pensadores convienen hoy que de los estudios pedagógicos dependen principalmente el progreso y el bienestar de los pueblos, de tal modo que no hay hombre de ciencia que no ponga su atención y se preocupe detenidamente de las leyes que rigen el desenvolvimiento de las actividades humanas, trate de adquirir los procedimientos que pueden facilitar la cultura del hombre, considerado como individuo o como raza.

»Dice el Sr. Saavedra que a nuestros pueblos les hace falta adquirir el sentido de la realidad; la Escuela, pues, debe enseñar a percibir, a observar, a que el pensamiento se nutra de la experiencia propia y no del concepto ajeno; a que los ojos miren y los oídos escuchen y el tacto palpe. Necesita saber vivir del Juicio y del discernimiento, no de la imaginación y la fantasía. Hay que enseñar a discurrir y a reflexionar. Y para conseguir todo esto la escuela ha de salir de los estrechos moldes de la rutina y convertir la escuela en taller, donde salga el hombre práctico y no el automático loro, donde haya aulas para el estudio de la Geografía, la Física, de la Gramática, de la Historia, de las Matemáticas, y Gimnasia, etc.

»Por el carácter indefinido y la finalidad práctica que estos conocimientos han de tener, dicen claramente, que ninguna enseñanza escolar debe formar un cuerpo de doctrina con la unidad íntegra y técnica que a cada una corresponde. Hace un minucioso estudio de lo que son las escuelas graduadas en América y terminan sus últimas palabras con una salva de aplausos.

»Al Sr. Romero Ruescas, Director de El Noticiero de la Sierra, se le concede la palabra. Y saluda en nombre de la educación e instrucción a la cual –dice- vamos en estos momentos a rendirle un homenaje, pobre, quizás en conceptos si se comparan con los grandes torrentes de luz que han brotado de los señores que me han precedido en el uso de la palabra; pero que mis sentimientos son grandes, como nacidos y caldeados en la Escuela por espacio de muchos años, donde se funde en el crisol de la experiencia el verdadero amor y cariño por la cultura de nuestra Patria.

»La enseñanza primaria, en la generalidad de los pueblos, ha permanecido estacionada, afluyendo sobre ella infinidad de obstáculos e inconvenientes que la privaban de poder continuar su paso, progresivo aunque lento. El primer factor era el local de Escuela, generalmente antihigiénico, sin reunir las cualidades pedagógicas que los modernos estudios han descubierto deben aplicarse. La asistencia escolar era la resultante del mal edificio: nuestras escuelas públicas, con raras excepciones, hállense abarrotadas de niños. Y la organización de las mismas es el resumen incógnito que nos resuelve el problema negativamente. La escuela unitaria ha necesitado distribuir el gran contingente de niños en pequeños grupos para hacer un tanto posible su trabajo. Cuando una vez empezado éste en una sección, tiene que interrumpirlo cada dos minutos, pese a todas las disciplinas, para reclamar el orden en las otras, la paciencia del educador se agota su bondadoso entusiasmo y su ecuanimidad, tiene que trocarse en modales amenazadores, que excitan el disgusto del niño y su educación e instrucción ya no se estimulan y la organización y los esfuerzos del maestro no pueden hacer labor sosegada y fecunda. De ahí el afán de nuestras altas autoridades, de nuestros pedagogos e ilustrado cuerpo de Inspección el que se formen grupos escolares, que todos los pueblos posean edificios adaptados a la labor que ha de desarrollarse en ellos, como principal elemento de cultura. Que la enseñanza se gradúe en los pueblos como se hizo en las capitales de provincia por Real Decreto de 23 de Septiembre de 1898 en las Escuelas anexas a las Normales; que se dote de material científico suficiente para que resurja de la postración estacionaria en que hoy yace.

»La escuela graduad simplifica el estudio, aumenta los conocimientos porque emplea más tiempo en una misma enseñanza sin fatigar tanto su espíritu, reconcentra en grupos llamados grados los niños que poseen iguales aptitudes y su labor es más fructífera, más positiva. Por eso, al convocar las autoridades municipales de esta villa a los Sres. Inspectores de la provincia y demás personalidades concurrentes al acto para la construcción de un grupo escolar, El Noticiero de la Sierra, en cuyo nombre hablo, aplaude con entusiasmo la idea, elogia a tan cultas autoridades que se preocupan, como buenos patriotas, que aman con ardimiento la tierra de su existencia, al amante pueblo que depositó en sus manos el timón de su dirección para que fueran administradores de sus aspiraciones.

»¿Queréis que la patria sea grande, y de consiguiente, lo fueren el individuo, la familia, la ciudad y la región? –decía Costa- proteged y fomentad la enseñanza, cuyos frutos, en el mañana, serán la honra de vuestros trabajos, etc. Y termina diciendo: para no molestaros más, abusando de vuestra amabilidad, voy a terminar; pero antes he de rendir el homenaje merecido a la bellísima representación del primer valor social, a la mujer; a vosotras, que constituís el resume n delicioso de la hermosura humana divinizada, a vosotras, que sois el manantial más poderoso del sentimiento y por tanto, de amor y virtud sociales. A las autoridades, para alentarles en la difícil tarea que han emprendido y a cuantos espectadores me han escuchado, por la atención de que he sido objeto, deseando la mayor prosperidad para Villamartín. (Fue muy aplaudido.)

»D. Julio Guzmán [Arcipreste de Arcos]. Al ocupar la tribuna, el público lo acoge con simpáticos aplausos, los recojo –dice- y con ellos, hago un ramillete, lo paso por los labios de todas las damas y Stas. y después se lo ofrezco a Ntra. Sra. de las Montañas. (Sus últimas palabras son ahogadas por aplausos prolongados.)
»Habla de educación, de metodología pedagógica, defiende en brillantes párrafos la escuela graduada y profundizando en pensamientos enciclopédicos (porque con una erudición ilimitada) abarcó el principio de todas las ciencias del saber humano. Aludió a la mujer, esa mitad del género humano, y para describir su valor social nos abrió con su mágica palabra los anales de la historia, en la antigüedad a Roma y Grecia, y en periodos más modernos, nos hace mención de Agustina de Aragón, de Juana de Arcos, de la Reina Isabel de Castilla, unas conquistando con su valor el honor de una patria en peligro, otras engarzando a su corona las perlas de un nuevo mundo. (Seguir al orador en su discurso de tres cuartos de hora sería imposible.)

»Trató con la ecuanimidad en él características también algo de sociología, increpó a los ricos, porque en cierto grado no corresponden a los sacrificios de los pobres que, con el sudor de su rostro, engrosan los caudales; fustigó también con dureza al pobre, porque no corresponde al bien que le proporciona el rico; censuró el egoísmo de éste, la envidia por ser el más constante enemigo de sí mismo. El pobre jamás se protege, si un amigo recibe alguna protección, procura por todos los medios que ya que él no lo disfruta que el otro no se aproveche de ella. Todo eso se evita –dice- ayudando los ricos con sus capitales a la construcción del grupo escolar y los pobres enviando a sus hijos para que se instruyan y sepan en el mañana medir la intensidad del bien que reciben con el módulo de la gratitud. Por último terminó en brillante párrafo, dedicado a sus primeros maestros que le valieron repetidos aplausos durante el periodo. (Fue muy felicitado.)

»El Sr. Inspector de primera enseñanza hace el resumen elocuentemente, los plausos interrumpen el discurso en varias ocasiones, y como buen fisiólogo que conoce el organismo, así; él, habla de la enseñanza, habla de elogios a Villamartín, a sus Autoridades modelos, a su Junta Local de 1ª enseñanza, a sus propietarios que respondiendo al sentimiento altruista de engrandecimiento de la patria chica, gustosos corresponden a su indicación, por eso, dice el Sr. Inspector, yo he hablado al Sr. Gobernador de la provincia de Villamartín, de su entusiasmo, de su riqueza y de su nobleza y, aunque para mí nada quiero, yo en nombre de esos seres pequeños, de esos futuros hombres, de la sociedad infantil de Villamartín, os felicito y os rindo el más profundo homenaje de gratitud y admiración. (Se oyen grandes aplausos que duran varios minutos.)

»Después habló técnicamente, jugó su lenguaje con los secretos de la historia, de la literatura, del arte, de la astronomía y como punto final terminó con la olorosa rosa de la sociedad, con la mujer. La mujer –dijo- es para la sociedad lo que el timón a la embarcación, y la luz, el aire y los alimentos a la vida. La mujer es el ser de ternura y amor para el hombre que mora en el oasis de este destierro denominado mundo y en el que aparece como compañera, le ofrece su amor y su cariño, siendo, en fin, como el astro que ilumina sin quemar, las ráfagas que purifican sin destruir y el arroyo que fecunda sin inundar. (Grandes aplausos acogieron sus últimas palabras.)

»Lee el pliego que la Junta Local ha abierto para la suscripción del grupo escolar que se proyecta construir y se inscriben las personas siguientes:
D. Matías Pangusión, Alcalde…………….1000 pts.
D. Francisco Romero Morales……………..1000 pts.
D.ª. Jerónima de Jarava…………………….1000 pts.
D. Jaime Lannes……………………………1000 pts.
D. Francisco Romero y Hnos……………….1000 pts.
D. Jerónimo Carrillo………………………..200 pts.
D. Antonio Regordán Gómez………………..200 pts.
D. Ildefonso Jiménez López………………….100 pts.
D. José Íñigo Pren……………………………..100 pts.
D. Tomás Márquez Gago………………………100 pts.
D.ª. Mª Pacheco, Vda. de Poley………………..100 pts.
D. Julio Guzmán López…………………………..50 pts.
D. José Morato Ortega……………………………50 pts.
D. Francisco Gil Álvarez………………………….50 pts.
D.ª. Carmen Gutiérrez de Riquelme………………..50 pts.
D.ª. Isabel Pen, Vda. de Gómez…………………….50 pts.
D. José Jarén Mateo…………………………………50 pts.
D. Pedro Sánchez Orellana………………………….25 pts.
D. Julián Armario Gómez……………………………25 pts.
D. Manuel Jiménez…………………………………..25 pts.

Y otras 5 o 6000 ptas, de otros señores que prometieron ir a suscribirse al Ayuntamiento.
»Terminado el acto, desfiló entre la mayor alegría y entusiasmo el público de Villamartín. Y nosotros, que sabemos lo grande que es esa obra, que aquilatamos el verdadero mérito y altruista que encierran, felicitamos a los habitantes, a las autoridades y a todos los protectores de tan sublime obra de Villamartín, cuyo recuerdo quedará esculpido con signo de agradecimiento en los corazones nobles y generosos. De esa forma se hace patria, se hace pueblo y al hacer patria y pueblo se hacen ciudadanos conscientes de sus actos».
Ángel Romero

©del texto Juan Jesús Portillo Ramos y el Noticiero de la Sierra.

©de las imágenes lo señalado en cada una de ellas.


©de la publicación «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».

viernes, 15 de diciembre de 2017

Una novillada en Villamartín. Junio de 1916. El Noticiero de las Sierra

Dedicada a mi buen amigo Jesús Mozo Gutiérrez, hijo predilecto de Villamartín y gran aficionado y entendido taurino.



Con una larga copla que narra la corrida de toros celebrada en Villamartín el 22 de junio de 1916, a beneficio de la Hermandad del Santo Entierro, comienza el artículo publicado en El Noticiero de la Sierra, del 25 de junio. Es excepcional tener este artículo, donde nos narra este evento en el que participó lo más granado de la sociedad villamartinense y bolichera de la época. El corresponsal del semanario pradense en Villamartín, nombra a decenas de personas, muchos de cuyos apellidos llevan sus descendientes cien años después. Transcribo el artículo, manteniendo la ortografía popular e intencionada del autor que pongo en cursiva, acompañada de fotografías de principios del siglo XX, de ambiente taurino, seleccionadas por Pedro Sánchez de los libros de Imágenes de un Siglo y de su colección. 
Juan Jesús Portillo Ramos

Ya va a empezar la corría
ya el despejo va a salir
ya va a aumentar la alegría,
palmas vamos a batir.
Veremos los debutantes
lucirse en sus facultades,
cada cual más arrogante,
haciendo preciosidades.

Así nos lo han ofrecido
esos fenómenos fieros,
de cumplir su cometido
como unos buenos toreros.
Y, yo que en nada me oculto,
y sé aplaudir y pitar,
igual les doy un disgusto
que los yegare a aclamar.

Voy a contarles a ustedes
varias suertes que le he visto
a esos toreros noveles,
que todas son de capricho.
El célebre matador
don Antonio Peñalver,
un becerro se comió
pero fue… jecho bisté.

Al valiente Ramón Troya,
lo vi banderilleando
un caracó en una oya
cuando lo estaban guisando.
También vi a Peñita Jaime,
haciéndole mil primores
un día con mucha hambre
a un plato de caracoles.

El señor Troya Uclés
hace unas suertes preciosas,
al filete de una res
en salsa y con alcachofas.
¿Y el valiente Rafael Troya?
ese es un maraviya
hay que verlo remeter
cuando salen las muliyas.

No digo de Manolo
que lo vi con un novillo
hacer una suerte él sólo
que… manchó los carzoncillos.
También he visto a Garzón,
dándole el salto al trascuerno
a un famoso caracol,
con manzanilla y pan tierno.

El puntillero es valiente,
lo tiene bien demostrado,
cuando ejecuta una suerte
sale siempre trompicado.
Antes de empezar la fiesta
la plaza me parecía
un jardín de violetas
por las caras que allí había.

Allí fue todo alegría,
y chistes de buen humor,
por darle más resplandor
y animarse la corría.
Cuando a mirar me ponía
aquellas caras de soles,
el lápiz se me caía
por falta de pulsaciones.

Me fijé en la presidencia
y al ver aquellos ojazos,
me entró así como un colapso
que perdí hasta la cabeza;
y al recobrar nuevas fuerzas
con chatos de manzanilla,
me fijé en una chiquilla
que le ofrecí una cerveza,

y al aceptar mi convite
me miró de cierto modo
que me dejó hecho un tabique,
con una cara de bobo,
y una cosa en todo el cuerpo,
que parece que estoy muerto,
pensando en esa mujer
y he perdido los alientos
por causa de su querer.


«Como se había anunciado en los programas, verificose el día 22 con el mejor lucimiento y entusiasmo una novillada en beneficio de la hermandad del Santo Entierro. La animación fue extraordinaria, despertando vivos deseos ver las faenas de los jóvenes aristocráticos de esta localidad. A las tres de la tarde se abrieron las puertas de la plaza. El redondel estaba perfectamente enarenado. Cuando el cronista, a las cinco de la tarde, ocupó un asiento de sombra, veianse las gradas repletas de bonitas jóvenes, Sras. y caballeros.

»A las cinco y media ocuparon la Presidencia las bellísimas Stas. Marina de Troya Romero, Josefa Gutiérrez de Peñalver, Escobastria Peña Jaime, Teófila Garzón Girón; Dolores Bernal Aguilar, María Ruíz Trujillo, Plácida Romero Barea, Josefa Peñalver de los Ríos, acompañados por don Ramón Gutiérrez Sirés y Sra. Tanto por su físico, como por lo bien ataviadas que aparecieron al público, estaban radiantes de hermosura, encantadoras, parecían ángeles circundados de flores, a las que dispensaron los espectadores una estruendosa salva de aplausos que agradecieron con una dulce sonrisa.

»Y en palco aparte, tuvimos el gusto de ver a las distinguidas señoras doña Antonia Carredano de Troya, doña Dolores Romero de Jarava, doña Ana Royan de Jarava y a las gentiles y encantadoras señoritas María de Troya Romero, Carmen Jiménez Pajarero, Inés y Ángeles de Troya Uclés, Josefa Peñalver de los Ríos, Ana López Márquez, Isabel Chacón Pérez, Fabiana Íñigo Mateo, Rosario Garzón Girón, Cristina Parejo, María Luisa Íñigo, Jerónima Rodríguez, Dolores Ojeda y algunas otras cuyos nombres desconocemos.



»PRIMER BICHO: Pidió las llaves el distinguido y bizarro joven, don Pedro Bernal Aguilar, en una briosa jaca, haciendo algunas piruetas que agradaron al público, tributándole prolongados aplausos. Con gran maestría y limpieza se distinguieron en la capea cuyos molinetes y verónicas entusiasmaron al público; don Ramón Troya Romero que en todo estuvo admirable.
»SEGUNDO: derribó algunos picadores y toreros, sobresaliendo en algunas faenas don Manuel Vázquez Romero.
»TERCERO: como los anteriores, bravo dejando en buen lugar el nombre de la acreditada ganadería de donde proceden; los toreros admirables, ovacionados.
»CUARTO: en esta res, el peón don Ramón de Troya Romero, sufrió una gran cogida muy aparatosa, sin más consecuencia oportunamente que el susto consiguiente.

»BANDERILLAS: El joven don Francisco Troya Uclés se distinguió poniendo un par que le valieron aplausos. Los demás señores cumplieron con su cometido recibiendo ovaciones.

»MATADOR: Con la serenidad propia de un torero de cartel, el Sr. Peñalver de los Ríos, dio unos pases de muleta propios del fenómeno que gana 6.000 ptas. A la primera estocada la res se tambaleó, cayendo a los pocos pasos donde el puntillero don Juan Miguel Mesa Romero estuvo acertadísimo al primer golpe.

»A los acordes de alegres notas musicales desfiló la cuadrilla entre el aplauso del público, transcurriéndose el día divertido sin el menor incidente que lamentar.»

El Corresponsal




© del texto: Juan Jesús Portillo Ramos.
© de las imágenes: lo señalado en cada una de ellas.
© de la publicación: «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».

jueves, 14 de diciembre de 2017

Viaje a Sevilla: Prado del Rey-Villamartín-Sevilla (El Noticiero de la Sierra)

Una delicia de artículo extraído de El Noticiero de la Sierra el que traemos hoy. La visión de un cronista-viajero, que en la primavera de 1916 sale en una diligencia de Prado del Rey (Cádiz) con destino a Sevilla: «Temprano, muy tempranito subimos en el auto. Trepidaba con vertiginosa rapidez. Las curvas de la carretera, parecían líneas onduladas, que pudiera decir algún geómetra». A su llegada a Villamartín, realizó la siguiente descripción de nuestra localidad, un canto al pueblo y a sus hermosas mujeres. También una llamada al penoso estado de sus comunicaciones y al del carruaje. Es una nítida imagen de situación del Villamartín de hace un siglo. Transcribo la parte del artículo dedicada a Villamartín al que Pedro Sánchez le ha añadido algunas imágenes de sus archivos de esa época. La crónica está firmada por R.R., posiblemente el director del periódico Ángel Romero Ruescas.

Juan Jesús Portillo Ramos



«Llegamos a Villamartín, a la hermosa villa; a la productiva y rica capital de la Sierra. ¡Oh, Villamartín! Es una población llamada a resplandecer, a surgir de su postración, a florecer como la fragante violeta, a ocupar el sitio que le corresponde por su categoría, por sus industrias, por su comercio, por su agricultura; en fin, Villamartín, saldrá del ostracismo en que hoy se encuentra sin saber por qué.

»Visitamos algunas calles y aunque vimos circular ganado cabrío por sus aceras, en contra de las leyes de policía urbana y de higiene, tiene su compensación por el bonito mercado de abastos, limpio e higiénico; magnífico ayuntamiento; amplia y elegante plaza constitucional y valiosos edificios.

»Y la joya de inapreciable valor, es, las buenas mujeres que allí se crían: bonitas, simpáticas, de senos grandes y ambarinos y de un aire marcial, coquetón y subyugante…

»La empresa de carruajes para Las Cabezas de San Juan nos proporciona un vehículo que ha dado más zumo que el limón metido en prensa. El carruaje era capaz para cuatro personas, fuimos seis… ¡qué le importan las incomodidades nuestras a ella!...
»Los asientos sucios y rotos; las lonas servirían para cribas ¡cinco pesetas el asiento!

»Las aguas del Guadalete sonreían dulcemente por las piedras, ocultándose por las ruinas del puente. Un extranjero que viera más de dos años ha, un puente como el de Villamartín hundido, sin poder tener comunicación ni comercio, ni desarrollar sus industrias con perjuicio notable de los intereses generales de esta sierra, pondría el grito en el cielo y calificaría a nuestros gobernantes de malos administradores y a los pueblos que tan pacífica y resignadamente padecen en el mutismo, las consecuencias que consigo lleva dicho mal, les dirían que eran pueblos sufridores e inconscientes…

»Haciendo un paréntesis en esta crónica, rogamos a Sr. Jefe de Obras Públicas de la provincia nos diga que hace o ha hecho con las cantidades libradas para su reparación. El tiempo cruza veloz, las obras no comienzan y de día en día, el resto del puente se desmorona e irroga grandes perjuicios a esta comarca.
»Un joven, de trato afectuoso y cortés, don J.R.T., que en unión de tres Sras. y una Srta. acompañaban al cronista, iba cabizbajo, pensativo, lanzando de vez en cuando suspiros profundos, suspiros nacidos en lo recóndito del alma… lo miramos con insistencia, como queriendo penetrar en el secreto de su abatimiento, hicimos algunas preguntas y dedujimos su causa. ¡El amor! Dejaba a una Dulcinea blanca como una paloma y hermosa como una flor… Ese volcán opaco y recóndito que enciende las almas de la primavera del querer, había momentos antes producido un desequilibrio fisiológico en su organismo sensible…
»Dirigía su mirada al pueblo, al campanario, al cielo, a la ubérrima vegetación, como poniendo por testigo el cumplimiento y juramento de su amor… ¡Qué feliz serán esas dos almas el día que el manto del matrimonio cubra sus cabezas!
»Tales reflexiones hacía el cronista cuando fueron interrumpidas por una sonora risotada de las femeniles viajeras. ¡La latita de miel! Una latita de miel que conducía una Sra. de fisonomía fresca y sonrosada, se había derramado en el pavimento del coche; por sus hendiduras cayó al suelo, no sin antes haber bañado las suelas de los zapatos que a la vez que se endurecía hacía presión en el piso del coche, pudiendo decir “quedamos presas de pies en él...”»

Acaba su crónica R.R. quejándose del coche que le trae de regreso («peor que el primero») y con palabras de alago, entiendo que dirigidas a Prado del Rey: «Tras largas horas salimos con dirección a esta villa diminuta, pero blanca como el jazmín; arrogante como una azucena y pacífica como la soledad».




©del texto, Juan Jesús Portillo Ramos y el Noticiero de la Sierra.
©de las imágenes, lo señalado en cada una de ellas.

©de la publicación, «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».