miércoles, 1 de junio de 2022

El fotógrafo de la casa Surga / Imágenes relacionadas con Villamartín

Créditos del libro El Fotógrafo de la Casa Surga


Autores: Salvador de Quinta Garrobo y Eduardo González de la Peña y de la Peña.

Autor de las imágenes: Enrique Díaz Llanes.

Editado por Siarum Editores para Caja Rural de Utrera.

Impresión: Utrerana de Ediciones.

ISBN: 978-84-934228-7-5 / Depósito Legal: SE 1080-2013.

 


La Casa Surga fue un Palacio barroco de finales del siglo XVIII que, tras un pasado esplendoroso, hacia 1954 se convierte en un caserío abandonado y expoliado que amenaza con entrar en ruina hasta que interviene el Ayuntamiento de Utrera para llevar a cabo su consolidación (2014) y finalmente su habilitación como Centro Cultural (2019). En ella vivió, durante las primeras décadas del siglo XX, Enrique Díaz Llanes (Madrid 1987 - Cubas de la Sarga 1952), abogado aficionado a la fotografía. El libro recoge parte de su colección rescatada por sus autores. Llama la atención que en la muestra fotográfica aparecen hasta 16 imágenes relacionadas con Villamartín, algunas sin identificar. Más adelante veremos el motivo. (Fot.: ABC de Sevilla / Autorretrato de Díaz Llanes).

 

Los autores


1
.-Salvador de Quinta Garrobo (Utrera 1954-Utrera 2015). Periodista, escritor y uno de los más importantes valedores y defensores de Utrera a la que dedicó su vida. Trabajó profesionalmente en distintos medios de comunicación sevillanos como son los periódicos ABC y el Correo de Andalucía; en el año 1980 se hizo cargo de la cabecera de la revista Vía Marciala, una publicación de orientación literaria. Autor de numerosos libros.

2.-Pocas personas conocen con tanto detalle la historia de Utrera como Eduardo González de la Peña y de la Peña, quien ha editado numerosos libros y trabajos imprescindibles para conocer la personalidad de la localidad, gracias a la editorial Siarum y la Caja Rural de Utrera. Muy relacionado con Villamartín, donde tiene parientes, ha participado en nuestro Libro de Feria de 2015 con la biografía de María del Carmen Ximénez del Canto y Benegas, camarera de la Virgen de las Montañas, y en 2002 obtuvo el VII premio Castillo de Matrera con el trabajo «Venturas y desventuras de dos familias de Villamartín». (Fot.: ABC Sevilla / Utrera Digital).



La relación entre el libro y Villamartín viene de la mano de Eduardo Espinosa y González-Pérez (1881-1954), párroco de Villamartín (1927-1941) natural de Utrera, amigo de Díaz Llanes y primo de su mujer Carmen González-Pérez, que tras su marcha de Villamartín vivió en la Casa Surga, siendo su último heredero. A. Mesa Jarén recoge en Villamartín. Imágenes de un Siglo II una breve biografía de este sacerdote: «Una persona controvertida, difícil de calificar. Los acontecimientos que vivió durante los años de permanencia en Villamartín lo obligaron a tomar posturas no comprendidas por unos y censuradas por otros. Las continuas trampas que le tendieron, sobre todo tras los incidentes originados por la manifiesta oposición a la Falange, lo forzaron a aceptar la solución que se le ofrecía desde las altas instancias eclesiásticas, presionadas por grupos de poder. Contrariado y herido, marchó a Utrera a finales de 1941, donde vivió hasta su fallecimiento. Su gran obra fue la creación del Sindicato Católico, al que pertenecieron figuras de prestigio en el campo de la actividad laboral, algunos de los cuales sufrieron la represión franquista». (Fot. Cedida, familia de don Eduardo).

 

ÁLBUM FOTOGRÁFICO EXTRAIDO DEL LIBRO


Procesión de Impedidos en alguna de las calles de Villamartín. Esta práctica es uno de los más inveterados testimonios de culto eucarístico organizado por las parroquias a través de sus correspondientes hermandades sacramentales, con la finalidad de llevarle la comunión a todas aquellas personas que, por enfermedad, no pueden salir de su domicilio. Como vemos en la imagen la procesión lleva acompañamiento de cirios y estandartes con la presidencia del cortejo bajo palio, precedida de acólitos, monaguillos, faroles, incensarios… El cortejo se cierra con los fieles y en ocasiones hasta con banda de música.



«Procesión de Impedidos», figura en el pie de foto del libro y a continuación se plantea dónde ubicar el lugar. Para nosotros está claro que es la misma procesión de la imagen anterior, esta vez claramente situada frente a «El León de Oro» de Villamartín, situado en La Plaza. Fue una de nuestras grandes fondas históricas, en funcionamiento hasta mediados del siglo XX. El fotógrafo captó la imagen desde La Plaza, situada a un nivel superior. La dirección de las sombras alargadas y su orientación nos indica que es la mañana.



«Pedro Felix y Eduardo», pone el cristal y el pie de foto. Desconocemos quién es el primero, pero sí el segundo. Ya lo hemos presentado, se trata de Eduardo Espinosa González-Pérez; como ya hemos comentado el último heredero de la fabulosa Casa Surga. Están a las afueras del cortijo Las Arcas, propiedad de la familia situado en las cercanías de Las Cabezas de San Juan.



«Cristóbal Moreno en la calle El Santo de Villamartín». En el momento de la fotografía la calle se llamaba Álvarez Troya y la vemos empedrada y casi desierta. Por comparación con otras imágenes que poseemos, sabemos que el último tramo que comunicaba con La Alameda estaba poblado de naranjos, alguno de los cuales vemos a izquierda y derecha. Buena fotografía con mucha luz reflejada de las blancas paredes que oscurece a Cristóbal y con una gran profundidad de campo.



Comparando imágenes actuales con ese peñón que observamos al fondo, nos parece que se corresponde con el Tajo Algarín de la sierra de El Gastor.



Coche matrícula SE-5009, que se corresponde con la fecha de matriculación de 1925. En el pie de foto pone «1927. Villamartín. Carretera de El Bosque». Por lo liso del terreno podríamos situarnos en los Llanos de la Mata.



La Plaza, de Alfonso XII en el momento de la toma de la fotografía. Imagen muy repetida por la atracción que presenta para los fotógrafos ese encuadre, con los elementos clásico que forman la composición: plaza de abastos, calle Subida a la Iglesia, ayuntamiento y parroquia. Vemos el lugar muy concurrido al ser lugar de encuentro de los villamartinenses, más por entonces. Nos hace pensar en una plácida tarde de festivo.



Señalar que en la imagen que inserta el libro, la fotografía aparece volteada horizontalmente, es decir con las chumberas a nuestra derecha. Una vez rotada comprendemos mejor que el fotógrafo se situó en terrenos de la feria ganadera. Además de la mole de la parroquia, que despunta hacia el iluminado cielo nuboso de la mañana, vemos el gran garaje de Los Amarillo y el trazado de la Carretera del Matadero a la Tenería, futura Avenida.



En su visita a Villamartín, Díaz Llanes le pediría a su pariente político don Eduardo subir a la torre de la parroquia desde donde hizo algunas fotografías, de las que se reproducen dos en el libro. Esta primera, toma como centro de interés la por entonces plaza de Alfonso XII, adornada con sus cuatro palmeras y el tablado para los conciertos de la banda de música. En el centro, el basamento colocado hacia 1926, formado por tres cuerpos recubiertos de azulejos, al que se añade en 1927 un alto y esbelto mástil rematado por 4 farolas marinas. Entre las edificaciones se reconocen (a la izquierda) el café Nacional y el Imperial; frontalmente casi podemos leer «Café de la Perla» y ya en el límite derecho de la imagen, en los bajos, el Casino X. En la parte central destaca la iglesia de Las Angustias.



En la segunda toma, el fotógrafo dirige su cámara hacia el impresionante paisaje que brinda la sierra de Grazalema y la silueta que nos ofrecen (partiendo del pirindolo) el Peñón de los Toros, el primer despunte de sierra Margarita, culminando en el Torreón. Con un poco más de definición se vería el castillo de Matrera, sobre el cerro Pajarete, muy a la derecha. Acercándonos pasaríamos por los Llanos de la Mata, las casas y huertas del Sarracín en el entorno de la fábrica de harinas, un extenso olivar, para aproximarnos a la parroquia por la calle Taller, que sin coches parece mucho más amplia.



Parece inevitable que, en algunas de sus visitas, nuestro fotógrafo lo hiciera durante la gran Feria Ganadera de San Mateo, celebrada «desde siempre» el día de la festividad del santo y algunas fechas más. Hemos podido ver en otras fotografías esos postes del incipiente tendido eléctrico, esas chozas o tenderetes provisionales y el estrecho carril que acabó formando la carretera del Matadero a la Tenería, después la avenida Jiménez Maza y por último la avenida de la Feria. Nuevamente el fotógrafo busca un elemento que le de personalidad a la foto, en este caso la señora del paraguas para preservarse del sol mañanero.



Respecto a la imagen anterior Díaz Llanes se giro 90⁰ a su derecha para centrarse en la zona donde se concentraban los équidos: caballos, mulos y asnos. Al fondo la línea del Guadalete y en el horizonte las lomas y cerros más alejadas del término municipal.



«Exterior de la ermita de la Virgen de las Montañas. Villamartín. Vista desde el lugar». Vemos nuestra capilla posiblemente al principio de la década de 1930. Muy a la izquierda observamos parte de una de las dos palmeras plantadas en la década de 1920, el suelo del patio empedrado y los arbustos y el árbol que se mantuvo bastantes años.



A esa hora de la tarde La Plaza aparece poco concurrida. La imagen está tomada desde la esquina más próxima a Las Angustias, apreciándose con nitidez el alcorque de la cercana palmera, recubierto de la rica azulejería sevillana que pintara nuestro paisano Francisco Morilla Serrano. En el centro geográfico de la misma el basamento de tres cuerpos, también recubierto de azulejería sevillana, sobre el que se eleva un mástil de fundición rematado por las ya nombradas farolas marinas.



Dos fotos tomadas desde el pueblo con las que podríamos formar una panorámica y hacer un prolongado recorrido por el perfil serrano partiendo a la izquierda de la sierra de Grazalema y ya más cercano a Villamartín la silueta del cerro Pajarete y los cerros Verdugo I y II de Prado del Rey. Entre el arbolado el caserío de huertas en el entorno de la fábrica de harina.



Ambas imágenes reflejan las aguas del río Sarracín y en esta segunda vemos una gran edificación, a la derecha, que podría ser el molino de San Pedro, conservado actualmente, aunque muy transformado.



«Visita pastoral a la parroquia de Villamartín», es la única referencia que nos da el pie de foto. De los tres religiosos que aparecen bordeando el edificio de la torre de la parroquia por su puerta principal, el más alto presenta características de ser un alto representante de la Iglesia en visita pastoral. Por las fechas, sin que podamos asegurarlo, podría tratarse del que fue arzobispo de Sevilla (1920–1937) Eustaquio Ilundain y Esteban.

 

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Como hemos visto, el libro El fotógrafo de la Casa Surga. Enrique Díaz Llanes, nos dejó una buena colección de una época en el que las fotografías eran una excepción. Para Utrera supuso una buena ampliación de la muestra fotográfica disponible de esos años, rescatada de forma laboriosa, como describen los autores, tras años de búsqueda. En cuanto a las fechas de estas 16 imágenes nuestras, solo la del coche en la carretera de El Bosque está datada en 1927. Las demás también nos suenan a partir de esa fecha en que toma posesión don Eduardo del curato de Villamartín, prolongándose la posibilidad hasta los primeros años de la década de 1930. Agradecer a la Caja Rural de Utrera, a Eduardo de la Peña y a la viuda de Salvador de Quinta la autorización concedida para esta publicación.

 

© del texto, Pedro Sánchez Gil, salvo entrecomillados del libro citado.

© de las imágenes, Enrique Díaz Llanes y lo citado en los pies de foto.

© de la publicación «Villamartín.Cádiz Blog de Pedro Sánchez».

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